El presidente de Turkmenistán, Gurbanguli Berdymukhamedov, ganó la primera edición de una carrera de autos en la capital del país, Ashgabat, en la que decidió participar en el último minuto.
El presidente se acercó a la competencia supuestamente como un mero espectador manejando un Bugatti deportivo verde.
Sin embargo, de repente, pidió participar, cambió su carro por un Volkicar de fabricación turca y ganó la carrera.
Algunos corresponsales presentes en el evento señalaron que toda la secuencia fue coreografiada para reforzar la imagen del presidente como hombre de acción.
El automóvil con el que ganó la carrera será donado al museo del deporte de Turkmenistán.
Berdymukhamedov, quien fuera ministro de Salud, llegó al poder tras la muerte de su predecesor, Saparmurat Niyazov, en 2006.
Elegido con un 97%
En 2007 fue elegido presidente con un 89% de los votos y en febrero de este año fue reelegido con un 97%.
En ese momento, el corresponsal de la BBC en el vecino Kazajistán, Rayhan Demytrie, apuntó que Niyazov había creado uno de los cultos a la personalidad más excéntricos del mundo.
Los meses del año fueron rebautizados con su nombre y los de otros miembros de su familia. A lo largo del país se erigieron estatuas doradas con su figura y su libro sobre historia y tradiciones de Turkmenistán es lectura obligatoria en las escuelas.
Cinco años después de llegar al poder, señaló el corresponsal de la BBC, Berdymukhamedov parece estar siguiendo los pasos de su predecesor.
Su retrato, indicó, puede verse en cualquier rincón, ha escrito varios libros sobre plantas medicinales y caballos y dio el nombre de su padre a una unidad militar.
Y, según Demytrie, Berdymukhamedov sigue gastando millones de dólares de dinero público en grandes obras, como una serie de hoteles con fachada de mármol en el Mar Caspio.
Las reservas de gas natural de Turkmenistán son las cuartas mayores del mundo y en los últimos años firmó contratos de explotación con China.
No hay comentarios:
Publicar un comentario