viernes, 13 de abril de 2012

La historia del hámster que quedó pegado a su jaula por un imán

Un hámster se encontró atrapado entre las barras de su jaula de metal después de masticar un imán que se había caído de un juguete del Hombre Araña.
Ocurrió en Northamptonshire, un condado en el centro de Inglaterra.
Kate Meech, del pueblo de Bugbrooke, cerca de Northampton, regresó a su casa después de pasar el día afuera, para encontrarse con la adorada mascota de la familia, llamada Smurf (Pitufo), colgando en el aire.
Tras la confusión inicial, la señora alcanzó a ver el contorno de un objeto circular que sobresalía de la mejilla del animalito.
Se dio cuenta entonces que la mascota se había comido un imán y quedó pegado a las barras metálicas.
Kate, junto con su esposo Gareth y sus hijos George, de tres años, Lucy, de ocho, Tom, de 10, y Jack, de 13, estuvieron en un zoológico el jueves pasado y descubrieron a Smurf en aprietos cuando volvieron a casa.

"Masticando las barras"
Kate dijo: "Habíamos pasado el día afuera y regresamos en las últimas horas de la tarde cuando pasamos por el dormitorio de Tom".
"Encontramos al hámster en medio del aire y atorado en las barras. Al principio lucía bastante horrible".
"No se nos ocurría cómo pudo pasar y Smurf estaba en un tremendo lío".
"Fue entonces que noté el contorno de algo en su mejilla que resultó ser un imán del Hombre Araña de juguete de George".
Kate se las arregló para sacar a Smurf de la jaula y llevarlo a un veterinario.
"El hámster debe haber estado masticando las barras y de alguna manera quedó atravesado y atorado", expresó.
"Estaba a unos 13cm en una de las barras. Mi pobre hija se puso pálida y quedó conmocionada durante un par de minutos antes de que nos cercioráramos que Smurf estaba bien".
El hámster había escondido el imán dentro de su mejilla y unos días después pudo sacarlo.

Recuerdo de la niñez
Kate afirmó: "Lo llevamos a la veterinaria sólo para que nos explicara. La doctora dijo que nunca había visto nada semejante".
"Smurf parece estar bien. Sólo había una pequeña marca en su mejilla donde el imán había salido".
"Ahora ha vuelto a ser el chifladito de siempre".
La familia piensa quedarse con el imán -del tamaño de la cabeza de un tornillo- como recuerdo.
"Creo que le encontraremos una caja especial para que los chicos puedan contar su historia cuando crezcan", señaló Meech. "Ahora podemos verle el lado chistoso".

No hay comentarios:

Publicar un comentario