La mayoría no sobrepasa ni los diez años de edad y ya conocen lo que significa el sacrificio, el esfuerzo y la recompensa.
Niñas como Tia, de cinco años, y Elly, de 10, se enfundan sus mallas, se maquillan y se peinan y salen dispuestas a comerse el escenario.
Desde muy pequeñas están acostumbradas a ensayar horas y horas para lucirse ante el exigente público.
Según publica el diario The Sun, estas jovencitas llegan a practicar hasta nueve horas para preparar sus propios espectáculos.
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