Debbie Stevens, una estadounidense de 47 años, fue despedida luego de haber donado un riñón a su jefa, Jackie Brucia, de 61, reportaron este lunes medios locales.
"Me sentí traicionada, fue una experiencia muy dolorosa y horrible", explicó la mujer, divorciada y madre de dos niños.
Debbie, de Long Island, trabajaba en un grupo que gestiona concesionarios de automóviles. Su jefa estaba en espera de un donante de riñón y recibió la generosa oferta de su empleada.
Según el relato de Debbie, Brucia le contó sus problemas de salud y ella le dijo que si era necesario estaba dispuesta a ser ella la donante, explicó The New York Post.
En ese momento, la mujer le respondió: "Nunca se sabe, podría considerar la oferta un día".
En enero de 2011, la empleada efectivamente recibió la llamada de su jefa, que le había tomado la palabra y le preguntaba si la oferta todavía era válida, visto que le habían negado una donación. "Claro que sí", le respondió Debbie.
"Ella era mi jefa, la respetaba y no quería que muriese", explicó en palabras citadas por ANSA.
Si bien el riñón de la empleada no era compatible con el de su jefa, se encontró una solución: una suerte de intercambio. Su riñón acabó en el cuerpo de otro paciente en Missouri y su jefa obtuvo otro proveniente de San Francisco.
A los pocos meses de la operación, Debbie empezó a sentir dolores en las piernas y problemas digestivos.
Y pese a su gesto solidario, la mujer se sintió presionada a volver al trabajo aunque no se encontraba en condiciones. Mientras, su jefa seguía en convalecencia.
"¿Por qué no estás en el trabajo? Los demás van a pensar que tienes un tratamiento especial", le dijo Brucia.
Cuando la jefa volvió a la oficina, le recriminó en frente de otros empleados supuestos errores.
Debbie acudió entonces a un abogado por el tratamiento recibido en la oficina y recibió una carta de despido, por lo que decidió demandar a su jefa y a la compañía para la que trabajaba, informó ANSA.
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