Una empresa llamada Dead Dogs (Perros muertos, en inglés) ofrece a sus clientes unos deliciosos Hot-dogs preparados en un féretro pintado de negro. "La idea me vino a la mente cuando compré en oferta un coche fúnebre el año pasado", cuenta La Barbera, el californiano de 64 años dueño del particular comercio. "Nunca tuve intenciones de entrar en el negocio gastronómico", prosiguió, "pero cuando me di cuenta de que el vehículo venía con un ataúd, se me ocurrió que sería un buen lugar para añadirle un horno y vender perros calientes a los automovilistas al costado de las rutas".
La Barbera utilizó sus habilidades para restaurar el coche fúnebre y acondicionarlo para el negocio. Con el horno a gas incorporado en el sarcófago, los "panchos" se preparan en menos de un minuto.
Aunque el concepto es nuevo, y recién está dando sus primeros pasos en el negocio, la gente se acerca atraída por el carro fúnebre y frena sus vehículos para probar los "Dead Dogs".
Debido al incipiente éxito, La Barbera ya piensa expandirse y tiene planeado abrir una franquicia en Hawaii. ¿Estaremos en presencia de una nueva cadena de comidas rápidas? Sólo el tiempo lo dirá.
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