domingo, 22 de abril de 2012

OREJAS
Una señora le grita al mozo:
- ¡Lo he estado llamando más de mil veces! ¿Es que acaso usted no tiene orejas?
Y el mozo le responde:
- ¡Naturalmente, señora! ¿Pero, cómo las quiere? ¿Picadas o en salsa de tomate?

HIELO
Estaba un borrachito que fue al consultorio, llega y le hacen pasar. En eso le dice al doctor:
- Doctor, vengo a conocer el resultado de mis exámenes.
- Muy bien, siéntese por favor.
- Entonces, ¿qué padezco doctor? -pregunta el borrachito.
- Pues en pocas palabras, usted lo que tiene es agua en la sangre.
El borrachito se queda pensando.
- ¡Ah caray! ¡han de ser los hielitos!

LA CABRA
Van dos amigos caminando por el campo, uno le dice al otro:
- No puedo aguantar la sed.
- Tranquilo, que llegaremos a un pozo dentro de poco.
Llegan al pozo, se acercan y comentan:
- Parece que no se ve agua aquí.
- Espera, tiraré una piedra -mira a un lado y otro y ve una gran piedra, la agarra y la tira dentro del pozo.
- Pues parece que está profundo.
- Espera que ya llegará -le dice el amigo.
En esto ven bajar una cabra corriendo hacia el pozo.
- Mira la cabra esa, ¡cómo corre!
La cabra se tira de cabeza al pozo, y dice uno:
- Esta tenía más sed que tú, ¿eh?
Entonces, aparece el cabrero y les pregunta:
- Buenas tardes, ¿han visto una cabra por aquí?
- Sí señor, acaba de tirarse al pozo la pobrecilla, seguro que tenía sed.
- Pero cómo se va a tirar al pozo la cabra, si la tenía yo aquí, amarrada a una piedra -dice el cabrero.

PSICÓLOGOS
Dos psicólogos se encuentran a las diez de la noche luego de una ardua jornada de trabajo, en el ascensor del edificio. Uno de ellos va todo deshecho, cansado, agotado, el otro, impecable, lleno de buen humor, sonriente y relajado.
- Oye, no me lo creo de verte así, ¿cómo haces para estar en esta forma luego de 14 horas de consulta con los pacientes?
Y le contesta el otro asombrado:
- ¡No me digas que tú los escuchas!

EL RATÓN
Había un niño que jugando a la pelota se le salió un diente, y le preguntó a su madre:
- Mamá, mamá, se me salió un diente, ¿qué hago?
Y en esto la madre le contesta:
- Déjalo debajo de tu almohada y el ratoncito de los dientes te dará algo.
El niño eso hizo, y el día siguiente su mamá le preguntó:
- ¿Y qué te trajo el ratoncito?
Y el niño le responde:
- Nada, me dejó un papelito que decía: "sigue participando".

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