A Alice le dijeron que después de su quinto hijo no era seguro que pudiera volver a quedarse embarazada y entonces comenzó a cuidar a los muñecos
Alice Winstone da de comer, cambia y baña a 50 muñecos que parecen bebés de verdad, lo que ha obligado a su marido a irse de casa.
Según ‘The Sun’, Alice, de 39 años, pasa todo su tiempo con ellos y hasta duerme con estos ‘bebés’, llamados -muñecos reborn-, hechos de un material de vinilo que pueden costar hasta 1200 dólares cada uno.
La obsesión de Alice ha sido noticia en la calle ya que saca a sus ‘bebés’ a pasear y a ir de compras con ellos.
Esta mujer, que tiene 5 hijos biológicos ha llenado su casa de muñecos en siete años, a pesar de que sus hijos viven todavía con ella.
Alice dice: “Yo vi a mi primera muñeca, llamada Emily, en la contraportada de una revista y me enamoré de ella. Pagamos 180 dólares por ella. Me quedé asombrada al sentir un lazo tan fuerte con una muñeca”.
A Alice le dijeron que después de su quinto hijo no era seguro que pudiera volver a quedarse embarazada, entonces ella dijo que “no podía abandonar el cuidado de las cosas”.“Traté de cuidar a gatitos e intenté dedicarme a la acogida de niños pero no podía soportar el decir adiós a no tener más hijos”:
“Comencé a cuidar a muñecas como lo hacía con mis hijos y eso me hizo sentir mejor”.
Desde entonces Alice ha comprado más de 50 muñecas que son atendidas de una forma impecable.
Sin embargo, mientras Alice se dedicaba a cuidar de estos ‘bebés’, la relación con su marido comenzaba a desmoronarse. Ella decía que su marido no entendía cómo podía cuidar a las muñecas como si fueran bebés reales. “Traté de explicarle lo feliz que me hacían pero él pensaba que era una estúpida obsesión”.
Finalmente, su marido se mudó al no poder hacer frente a su relación con Alice. Un día, cuando Alice iba conduciendo, la policía la paró, ya que llevaba cuatro de los muñecos en el asiento trasero, diciéndole que tenía que conseguir los asientos de seguridad para los ‘bebés’; cuando Alice les comunicó que eran muñecos, la policía no se lo creyó. Después de analizarlos la policía se dio cuenta de que no eran reales y Alice continuó conduciendo.“Ninguna relación se interpondrá entre mis hijos y yo, y no les dejaré nunca”.
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