En estos tiempos de combustible caro, un fabricante japonés de sanitarios presentó el miércoles un modelo de motocicleta revolucionario que funciona con un biogás fabricado con excrementos de animales.
Al subir sobre el aparato de tres ruedas para una demostración en las afueras de Tokio, una hermosa azafata del fabricante Toto se apresuró a decir que no era ella quien suministraba el carburante.
"El biogás utilizado por el vehículo proviene de deyecciones de animales y de depuración de lodos", precisó Kenji Fujita, portavoz de la compañía, inventora también de los sanitarios que sirven de calefacción.
La duda en cuanto a la proveniencia del carburante estaba permitida ya que el fabricante reemplazó el sillín tradicional de una moto por un verdadero asiento de inodoro. En la parte trasera del vehículo lleva un enorme tanque coronado, como decoración, por un rollo de papel higiénico.
Según la empresa, esta "moto-caca" tiene una autonomía de 300 km con un tanque lleno.
Inútil en todo caso preguntarse cómo llenar el tanque, ya que este prototipo jamás será comercializado. "A lo único que aspiramos con este prototipo, y con nuestros distintos aparatos que necesitan menos agua, tales como servicios sanitarios o duchas, es destacar que la ecología nos preocupa", añadió Fujita.
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