
Pero lo más sorprendente fue que el hombre que apareció en corte y a cumplir la sentencia no era este joven, llamado Hu, sino un doble. Esto no es hecho único. En el mismo año, el director de un hospital que provocó un accidente de tráfico mortal, contrató al padre de un empleado para confesar y cumplir su condena.
El director de una compañía actualmente está acusado de arreglar este tipo de substituciones en al menos dos ocasiones más. Se ha documentado otro caso en el que un motociclista que atropelló a otro hombre conduciendo sin licencia pagó 8 mil dólares por un substituto. Los casos son tan comunes que incluso se ha acuñado un término ding zui, literalmente criminal substituto.
China, pese a su herencia comunista, es uno de los países más desiguales del mundo, según datos de Xinhua, y la gente con dinero logra evitar la cárcel con gran facilidad.
Este fenómeno de convictos substitutos fue mencionado desde 1834 por el misionero Karl Gützlaff y ha sido citado en múltiples ocasiones a lo largo del tiempo en discusiones sobre el sistema legal chino.
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