Seguro te acordarás que de niño, tus padres o algún familiar, cuando no podías dormir en la noche, te pedían que miraras fijamente hacia la Luna y que te darían una gran sorpresa si eras capaz de encontrar la figura de un conejo que andaba por ahí oculta.
Según cuenta la leyenda, un día, el dios Quetzalcóatl decidió salir a pasear. No descansó hasta llegada la noche; estaba agotado y hambriento, pero no había nada a su alrededor que pudiera comer. De repente, vio que se le acercó un conejo, quien humildemente, le invitó del zacate que masticaba, gestó que rechazó pues al ser humano, no podía comer dicha planta.
Entonces el animal se auto ofreció para ser sacrificado y servirle de alimento. Ante noble gesto, Quetzalcóatl lo tomó entre sus brazos, lo acarició amorosamente y lo levantó tan alto que su figura quedó plasmada en la Luna, como agradecimiento a tan noble acción y para que su gesto fuera recordado por todos los hombres durante generaciones.
Parece ser que el satélite natural de la Tierra no es el único que esconde en su superficie a un pequeño animalito, pues se especula que la imagen de un roedor muy famoso se observa en uno de los planetas del Sistema Solar.
A Mickey Mouse lo encontramos en peluches, camisetas, gorras, cuadernos, en las películas y parques temáticos que tiene Disney en varias partes del mundo. Pero, ¿creerías que la imagen del famoso ratón ha rebasado los límites y ahora podemos observarlo también en el espacio exterior?
Hace un par de años, la NASA puso en marcha el proyecto de la sonda espacial Messenger, la cual es la primera nave espacial que entra en órbita alrededor de Mercurio y que tiene como misión revelar todos los secretos y misterios que hasta ahora no se saben del primer planeta de nuestro sistema.
Resulta ser que hace un par de días, Messenger tomó varias fotografías que llegaron a las oficinas de la NASA, en las cuales se descubrió una forma muy similar al rostro del personaje principal y más famoso de Walt Disney.
Resulta ser que en el hemisferio sur de Mercurio se ubicaron tres cráteres, uno con diámetro de 105 kilómetros y dos más pequeños que se ubican en la parte superior del mayor, tal cual como si fueran orejas, lo cual conforma una figura extremadamente parecida al rostro de Mickey.
A esta composición habría que agregarle las sombras formadas gracias a la luz solar, la cual hace que los cráteres tengan mayor parecido a la silueta del mítico ratón.
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