El tatuaje profesional es una marca permanente realizada con una aguja, misma que inyecta una tinta que penetra en las capas más profundas de la piel. Hay quienes deciden vivir con la imagen en su cuerpo, pero otros prefieren deshacerse de ella cuando ya está plasmada.
Daniel Alcalá Pérez, jefe de enseñanza e investigación del Centro Dermatológico Dr. Ladislao de la Pascua, explicó que una de las formas en que se puede quitar un tatuaje es con láser, método que por sesión cuesta desde 10 mil hasta 20 mil pesos.
La marca, dijo, requiere hasta de seis sesiones; en ese sentido, quitarse la imagen puede costar entre 60 mil y 120 mil pesos.
“Para quitarse varía desde 10 mil pesos por sesión hasta 20 mil pesos y pueden variar hasta seis sesiones; es un poco más económico con extirpación quirúrgica o con algún rasurado del área pigmentada”, comentó.
En entrevista, explicó que hay ciertas tintas que no pueden ser retiradas con láser, principalmente las de colores.
“Hay láseres que no pueden quitar los tatuajes cuando son de diferentes colores, por lo regular son más específicos para tintas negras. Cuando es un tatuaje solamente de color negro, tienen mejor resultado que cuando se aplican diferentes colores”, comentó.
En el caso de tatuajes pequeños, éstos pueden ser extirpados, procedimiento que es rápido y menos costoso. En los más grandes, el modo consiste en un rasurado que deja la “piel viva” y corre el riesgo de una infección.
Por nombres de parejas anteriores
En los últimos años, se ha incrementado el número de pacientes que piden se les retire la imagen de su piel.
Alcalá Pérez mencionó que una de las razones principales es por motivos de empleo, debido a que trabajos en la milicia o para policías, exigen que el solicitante no tenga tatuajes.
Otra de las razones es porque plasmaron el nombre de una pareja que ya no tienen.
“Nos ha tocado varios casos precisamente, donde las personas se han puesto el nombre de algún novio o de alguna pareja y que, después de años, se casan con alguien diferente”, destacó.
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