Una mujer de 73 años ha pagado cara su pequeña deuda. Deloris Gillespie ha sido quemada viva en el ascensor de su casa de Brooklyn, en Nueva York, al parecer a manos de un hombre al que debía 2000 dólares. El presunto asesino se entregó a la policía apestando a gasolina y confesó el crimen.
Según informa el diario The Telegraph, Deloris Gillespie, de 73 años de edad, se disponía a salir del ascensor de su casa del barrio neoyorquino de Brooklyn cuando un hombre le roció con gasolina y le prendió fuego con un encendedor para barbacoas.
Los vecinos escucharon lo gritos de la víctima, de 73 años de edad, mientras ella sólo pudo acurrucarse en un rincón del ascensor intentando protegerse de las llamas. Nadie pudo hacer nada por salvarla y fue declarada muerta en el lugar del ataque.
El presunto agresor, Jerome Isaac se entregó a la policía y confesó los hechos por lo que ha sido arrestado acusado de asesinato en primera grado y de provocar un incendio. Según los agentes, el sospechoso, de 47 años "apestaba a gasolina".
Según el citado diario, Isaac explicó a la policía que atacó a la mujer porque le debía 2000 dólares. El presunto asesino había realizado trabajos de mantenimiento en el apartamento de la víctima pero fue despedido, al parecer, por robar al sobrino de Deloris.
Isaac escribió una nota a la anciana reclamándole el pago de los trabajos realizados, pero Deloris se negó por los robos que habían sufrido. El agresor confesó el crimen alegando que "la mujer le debía dinero por el trabajo que había hecho en el último año", ha explicado a The Telegraph Paul Browne, portavoz de la policía de Nueva York.
No hay comentarios:
Publicar un comentario