Louisiana, EUA.- Es la triste historia de un niño de dos años, de Ponchatoula, Louisiana, quien padece de Epidermólisis ampollosa de la unión.
La terrible enfermedad que sufre le ha dejado sin vista y sin habla y no le permite ni bañarse sin tomar potentes sendantes. Debido a la carencia de una proteína que hace que una capa de piel se una con la otra, esto le causa úlceras y cicatrices en la piel, los párpados, la parte superior del esófago y el interior de su boca, según Daily Mail.
Este situación es genética y se presenta entre 1 de cada 50.000 personas.
Esta enfermedad no tiene cura, y la única recomendación que los médicos le han dado a su madre es que lo mantenga envuelto en vendas para proteger su delicada piel.
Los médicos le dieron un año de vida, pero ahora ya tiene dos años. Su madre dice que está feliz de poder cuidarlo, por que merece ser cuidado y querido. En su blog, declara que aunque es un trabajo muy duro, no lo cambiaría ni siquiera un segundo.
Confiesa tener sentimientos encontrados, pero sobre todo ama a su hijo.
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