Desde el 2003 se ha convertido en una seria amenaza para los ecosistemas acuáticos del sureste mexicano
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas.- Desde el 2003 en el norte del país fueron detectados los primeros ejemplares de una nueva especie de pez de color marrón oscuro y manchas.
Además, tiene gruesas espinas en aletas y el lomo, lo que frecuentemente daña las redes de los pescadores. Esta especie es conocida como Pez Diablo.
"¿Quién es capaz de sobrevivir en el Infierno? Pues el Diablo, y de ahí el nombre particular que le dieron los pescadores de la región de Chiapas", comenta Mundo Ernesto Velázquez, director de la escuela de Biología de la Universidad de Ciencias y Artes de Chiapas (UNICACH) a BBC.
Pero más allá de la anécdota, esta especie se ha apoderado del ecosistema de la presa El Infiernillo, en Michoacán y en Chiapas, donde vive y se reproduce rápidamente, sin problemas.
En ríos, lagos y presas del país el Pez Diablo se comporta como tal: como no tiene depredadores naturales ha desplazado a especies nativas, lo que representa un serio riesgo no sólo para la ecología sino para la sobrevivencia de miles de pescadores, comenta Velázquez.
Este pez llegó a México con el llamado "efecto Nemo", en alusión a la película de Disney: Aficionados a la cría de peces de ornato los importaron de Sudamérica para aprovechar algunas de sus habilidades.
Se cree que en Chiapas hay millones de ejemplares, "Si no hacemos algo inmediatamente en 5 o 10 años se va a establecer y entonces va a ser muy difícil erradicarlo", dice el director de la escuela de Biología.
Esta especie suele alimentarse de algas y desechos de comida, por lo cual muchos le llaman "limpia peceras". El problema es que, el pez Diablo es "muy paternalista", es decir, cuida que sobrevivan la mayoría de los huevecillos que deposita la hembra, de manera que impide que se desarrollen otras especies.
Su depredador natural es el cocodrilo, pero este sólo habita en algunas regiones del país y el ser humano, su principal enemigo, también está ausente: el Pez Diablo no está en la dieta de los mexicanos, como sí ocurre en Sudamérica.
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