La rebosante alegría acrobática de los delfines (que se expresan lúdicamente saltando del mar al cielo) que tanto has deseado al observarlos —ser delfín, por fin— está relativamente al alcance gracias a Frank Zapata. El Flypack de este enorme aficionado de los deportes acuáticos absorbe agua y la expulsa a propulsión. A diferencia de otros aparatos de propulsión hidráulica, en el Flyboard el agua sale de los pies, convirtiendo al usuario de esta forma en un delfín humano, menos grácil que el cetáceo pero con la capacidad “biónica” de elevarse a mayor altura.
Este cinturón cohete acuático cuesta 6500 dólares, si bien un precio que no muchas personas pueden costear, no parece tan caro para la diversión que ofrece, aunque es necesario tener un potente jetski para adherir una manguera y conducir al delfín-humano.
Zapata, de origen francés, incluso ha logrado realizar una serie de piruetas y maromas en el aire que evocan delfines superanturales con sus vuelos de espirales océanicas.
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