Un tipo recibe una llamada anónima avisándole que su mujer lo engaña con un tal Fernando... todos los días en cuanto el se va al trabajo.
Al día siguiente, el tipo parte pero se queda espiando desde la esquina. Al rato ve llegar a Fernando buen mozo, 2 metros de alto, cuerpo atlético, aristocrático, ropa italiana de última moda, el cual con un ramo de flores en la mano, toca el timbre de su casa.
Desde lejos ve que su mujer le abre y lo hace entrar. El marido corre, abre con su llave sin hacer ruido, entra sigilosamente y espía por la puerta entreabierta del dormitorio. Fernando se saca la chaqueta revelando unos hombros poderosos y armónicos. La mujer lo besa apasionadamente y se saca los zapatos.
El marido no sabe que hacer, que decir, ni como intervenir y sólo atina a seguir espiando. Fernando se saca la camisa de seda natural y muestra un torso perfecto, un vientre duro y sin un gramo de grasa.
La mujer se saca la falda y l! o acaricia con locura.
Fernando se saca los pantalones y sus piernas son virilmente perfectas y un instrumento que le cuelga de envidia.
La mujer se saca la blusa y al soltarse el sostén se le caen las "tetas" hasta el ombligo... "¡Qué horrible ecena!"
El marido afligidísimo esconde la cara entre las manos y murmura:
SEÑORA
Estaba un señor sentado en el sofá de su casa y viendo a su esposa bien arreglada le dice:
- ¿Se puede saber para dónde vas?
Y le contesta la esposa:
- ¡Voy para una fiesta!
Y le dice otra vez el esposo:
- ¿Y se puede saber ha qué hora vas ha regresar?
Y le dice la esposa en tono grotesco:
- ¡Pues a la hora que me dé la gana!
Y le dice el esposo:
- ¡Pero ni un minuto más!
VASOS
Llega un tipo y se encuentra a su compadre pidiendo limosna y le dice:
- Pero compadre, ¿por qué está pidiendo limosna? ¿qué pasó con su fabrica de vasos irrompibles?
El limosnero responde:
- ¡Quebré, mi compa!
Y el otro le dice:
- ¡Entonces no eran irrompibles!
En un parque de la ciudad había dos estatuas, una de un hombre y la otra de una mujer. Las estatuas estaban una en frente de la otra por muchos años. Una mañana se apareció un ángel y les dijo:
- Por haberles dado tanto placer a la gente de esta ciudad, les voy a conceder que vivan como seres humanos por 30 minutos para que hagan lo que ustedes quieran.
Y con esas palabras las estatuas se convirtieron en seres humanos. Se miraron, se sonrieron e inmediatamente corrieron hacia unos arbustos cercanos y se ocultaron entre las matas. El ángel se sonrió mientras oía risas y ruidos de las hojas y ramas quebrándose. Después de quince minutos salieron las estatuas, contentas y sonrientes. Algo sorprendido, el ángel mira su reloj y les dice:
Todavía les quedan quince minutos.
- ¿No les gustaría continuar?
La estatua macho le pregunta a la estatua hembra:
- ¿Quieres hacerlo otra vez?
Sonriendo, la estatua hembra le dice:
- ¡Sí, pero esta vez tu sostienes a la paloma mientras yo me le cago en la cabeza!
VECINO
Era una vez un señor que por sus compromisos económicos se le hacia difícil conciliar el sueño, un día la perturbada esposa, por todo lo que estaba pasando una noche se despierta y ve que el esposo está en la sala pensando y le pregunta:
- Mi amor, ¿Qué es lo que te pasa?
El esposo le comenta:
- Es que para mañana tengo que pagarle al vecino una suma grande de dinero que me prestó para pagar unas cuentas pendientes, y no tengo como pagárselo, ¿Eso te parece poco?
La esposa le dice:
- Pues mira mi amor, es hora de que te quites esa preocupación, regreso ahora.
La esposa se dirige a una ventana y llama al vecino:
- ¡Vecino!
Contesta el vecino desde su cama todo dormido:
- Dígame vecina.
Contesta ella:
- Oiga, mi marido no tiene dinero para pagarle lo que le debe y no sabe cuándo lo pueda conseguir.
Regresa la señora con su esposo y dándole una palmada en la espalda le dice:
- Mi amor, ven, duerme tranquilo que ahora el que no va a poder dormir será el vecino.
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