Puede parecer mentira, pero no lo es. Según recoge BBC Mundo, la fiscalía rusa ha desmantelado una secta islámica que mantenía recluidos bajo tierra, nada más y nada menos, a 27 niños durante más de una década.
Cuando las autoridades sanitarias sacaron a los pequeños, aseguraron que algunos de ellos no habían visto nunca la luz del día. Los niños han sido localizados debido a una investigación que se ha llevado a cabo en la región de Tatarstán tras la muerte de un clérigo musulmán en julio.
Faizrakhman Satarov, el fundador de la secta, tiene 83 años y ya ha sido detenido y acusado de negligencia. Pero no solo el fundador ha sido detenido. También los padres de los niños han sido detenido por las autoridades rusas.
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