La pequeña Natalie Hayhurst no disfruta de comer chocolates o pasteles, ella prefiere bombillas y ladrillos, pues llegó a comérselos como simples galletas.
Si ella cumple sus antojos corre el riesgo de intoxicación, esta adicción a comer objetos no comestibles lo causa un rara enfermedad, publica thesun.co.uk.
Las ansias son tan malas para ella, que cuando tenía tres años, estuvo muy cerca de morir tras comerse una bombilla que agarró de un dormitorio.
Mientras que sus manjares favoritos son piedras y palos, Natalie se ha comido casi un ladrillo entero, “como si fuera una galleta de chocolate”.
Su desesperada mamá, la señor Collen, de 31 años, dice que todos los días es una constante batalla de voluntades, intentando evitar que su hija coma algo que pueda matarla.
Su madre dice: “Ella no trata de comer vidrio, pues le duele, pero va en busca de piedras y palos que encuentra en el jardín para comer”.
“Aunque la niña sabe que estas cosas son malas para ingerirlas, los deseos son demasiadas para una niña de tres años y medio y no los puede manejar” asegura.
Collen explica como descubrió su enfermedad. Ella cuenta que puso a Natalie en la cama, mientras que ella estaba en la cocina, de pronto se le acercó Natalie levantando un trozo de alambra, y su boca estaba sangrando. De pronto supo que se había comido una bombilla, menos el alambre. Inmediatamente la llevó al hospital donde pasó la noche y la dieron de alta a la noche siguiente.
Natalie tiene una condición caracterizada por un apetito por sustancias no nutritivas. Desde el accidente de Natalie después de comerse una bombilla, ahora la vigilan a todo momento.
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