Hasta ahora, el principal reto de los ingenieros había sido conseguir que el tejido artificial lograra recibir nutrientes. Un equipo alemán parece haber resuelto ese problema mediante la impresión en 3D.
Una técnica llamada "polimerización multifotónica" permitiría que los vasos sanguíneos artificiales pudieran ser utilizados en trasplantes de órganos creados en laboratorios.
Gunter Tovar, quien dirige el proyecto BioRap en el Instituto Fraunhofer de ingeniería interfacial y biotecnología en Stuttgart, asegura que esta técnica ya está funcionando en su fase de prueba de manera individual.
"El prototipo para el sistema combinado ya se está construyendo", explicó el doctor.
Los resultados de esta reciente investigación serán dados a conocer en la Feria Biotécnica de Alemania el próximo mes de octubre.
Material elástico
La tecnología de impresión 3D cada vez es más utilizada en distintas industrias, que incluyen la creación de ropa, modelos arquitectónicos e inclusos chocolates.
Sin embargo, esta vez, el equipo del doctor Tovar tenía una misión de impresión mucho más desafiante.
Para imprimir algo tan pequeño y tan complejo como un vaso sanguíneo, los científicos combinaron la tecnología de impresión 3D con la polimerización de dos fotones, que no es más que brillantes e intensos rayos láser aplicados sobre el material, para estimular las moléculas en un mínimo punto de enfoque.
El material se transforma en un elástico sólido, con el que los investigadores pueden crear estructuras de alta precisión que serían capaces de interactuar con el tejido natural del cuerpo humano.
Para que los tubos sintéticos no sean rechazados por el cuerpo, los científicos decidieron recubrirlos con biomoléculas modificadas.
Estas biomoléculas también están presentes en la composición de la "tinta" que se utiliza para la impresora de los vasos sanguíneos, en combinación con polímeros sintéticos.
"Estamos estableciendo una base que nos permita crear rápidamente los prototipos de biomateriales elásticos y orgánicos", dijo Tovar.
Avance prometedor
En el mundo existen miles de pacientes que necesitan desesperadamente un trasplante de órgano. Muchos de ellos, sin embargo, no logran conseguirlo a tiempo.
En Alemania, por ejemplo, más de 11.000 personas se han apuntado en una lista de espera de trasplante de órganos sólo en 2011.
Para asegurarse de que más pacientes reciban estas cirugías y salven sus vidas, investigadores de todo el mundo han estado trabajando en la creación de tejidos artificiales e incluso órganos completos que salgan del laboratorio.
Pero para que uno de estos órganos logre funcionar, es necesario que esté equipado con vasos sanguíneos artificiales: esos tubos pequeños y extremadamente complejos que nuestros órganos poseen naturalmente y que son utilizados para transportar nutrientes.
Numerosos intentos se han llevado a cabo anteriormente en un intento por crear capilares sintéticos.
Este último avance anunciado por el equipo alemán luce especialmente prometedor.
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