santiago, chile.- Simular un paro cardiaco le valió a un grupo de delincuentes 30 millones de pesos chilenos.
Durante la noche del lunes, uno de los maleantes fingió el ataque en un centro comercial de Santiago para llamar la atención de los guardias del complejo y facilitar la operación de sus compañeros, que de inmediato vaciaron un cajero automático.
La coartada, funcionó a la perfección y ninguno de los vigilantes se percató del robo, pues centraron sus esfuerzos en ayudar al supuesto infartado.
La banda de criminales huyó del lugar.
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