lunes, 14 de mayo de 2012

No más "lunáticos" en EUA

"Estoy seguro que en 100 años, los términos que hoy consideramos brillantes serán vistos de la misma forma en que hoy juzgamos las palabras pasadas de moda", Allan Horowitz

Washington, EUA.- Dos senadores de Estados Unidos han propuesto sacar la palabra "lunático" de la legislación federal, bajo el argumento de que es ofensiva y está en desuso.
La palabra aparece en un lugar prominente: la sección de definiciones básicas del Código de Leyes de Estados Unidos, o USC, una compilación de todas las leyes federales que se publica cada seis años.
El mes pasado, los senadores Mike Crapo, republicano de Idaho, y Ken Conrad, demócrata de Dakota del Norte, propusieron una ley de "Lenguaje del siglo XXI", un documento de 257 palabras que eliminaría el controversial término del USC.
"El uso continuo de esta expresión peyorativa no tiene cabida en el Código de Estados Unidos", dijo Conrad en una sesión del Senado.

"Borrachos" e "idiotas"
El proyecto de ley es el más reciente de una serie de esfuerzos en Estados Unidos y el Reino Unido por sacar de la legislación y el discurso público términos relativos a enfermedades y discapacidades mentales que se consideran anticuados y ofensivos.
En 2010, una resolución del Congreso de EUA reemplazó la expresión "retardo mental" con "discapacidad intelectual" en varias partes del USC.
El año pasado Tennesse aprobó una ley que reemplaza "minusválido" con "persona que tiene una discapacidad", e "idiota" o "lunático" con "persona a la que se considera incompetente".
En 2009 el estado de Maine cambió "borracho común" por "persona con alcoholismo" y "lunático" por "persona que es legalmente incompetente".
El proyecto de ley de "Lenguaje del siglo XXI" no incluye términos para sustituir las palabras ofensivas.
Quienes apoyan esta iniciativa sostienen que va más allá de lo políticamente correcto, y que constituye un legítimo intento de atacar el estigma asociado a las enfermedades y discapacidades mentales.

No causaba escozor
Se trata de un vocablo muy antiguo, que proviene del latín "Luna", por el satélite natural de la Tierra, y el sufijo "ático", que significa "del tipo de". Originalmente se refería a una forma de desvarío mental supuestamente relacionado con las fases de la Luna.
La palabra original, "lunaticus", aparece en un versículo del Evangelio según San Mateo, cuando un hombre le pide a Jesús que tenga misericordia para con su hijo "que es lunático y padece malamente", aunque versiones posteriores cambian esta frase por "es epiléptico y sufre terriblemente".
En el código legal compilado por el emperador Justianiano en el siglo VI d.C., la expresión aparece en un pasaje que discute el valor de los esclavos.
Por siglos, se trató de una palabra sin connotaciones adicionales. "Era descriptiva. Hoy usamos enfermedad metal, o algo parecido", dice el historiador médico Gerald Grob.
En el siglo XIX, los atestados "asilos de lunáticos", frecuentemente regentados por entidades públicas, se convirtieron en objeto de fuertes críticas.
Fue entonces cuando la palabra quedó asociada a algo odioso y sórdido, y salió del vocabulario médico, según señala el profesor Grob. Primero fue reemplazada por "demencia" y después por "enfermedad mental".

Mejor no acostumbrarse
El término jamás se deshizo de su carga negativa que, por el contrario, siguió aumentado con los años.
Para el profesor de psicología Patrick Corrigan, del Instituto de Tecnología de Illinois, la palabra está imbricada con conceptos dañinos. "Presenta a quienes sufren de enfermedades mentales como almas diferentes, peligrosas e impredecibles", dice.
"La idea de definir a la gente por una característica, una discapacidad o una enfermedad es deshumanizante", señala, por su parte, Eduardo Vega, director del Centro para la Dignidad, Inclusión Social y Eliminación del Estigma en California.
Investigadores y académicos consideran que este debate ilustra lo rápido que evoluciona el lenguaje, y le advierten a periodistas, legisladores y médicos que no se acostumbren muy rápido al nuevo vocabulario.
"Estoy seguro que en 100 años, los términos que hoy consideramos brillantes serán vistos de la misma forma en que hoy juzgamos las palabras pasadas de moda", opina Allan Horowitz, profesor de sociología y estudioso de las enfermedades mentales de la Universidad Rutgers, en la universidad de New Jersey.

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