La delincuencia no es un mal exclusivo de México, desafortunadamente las autoridades de la mayoría de los países del mundo deben lidiar a diario con este mal que perjudica y hace estragos en la sociedad en general.
Del continente americano, hablando específicamente de los países de sur, Argentina, desde hace algunos años atraviesa por momentos complicados, ya que en la última década ha visto incrementados sus índices de inseguridad.
De acuerdo a lanacion.com.ar, este país, sobretodo en su capital Buenos Aires y el área conurbana, la delincuencia juvenil es el principal problema con el que se topan a diario cientos de ciudadanos o locatarios, quienes son víctimas de robo a mano armada o que simplemente son despojados de sus pertenencias sin que nadie se dé cuenta.
Un hombre que forma parte de esta estadística negativa es Antonio Vaz, un gallego que llegó a radicar a San Fernando de la Buena Vista, provincia perteneciente a Buenos Aires, hace varios años y con quien el hampa se ha ensañado de forma sorprendente.
Vaz, quien actualmente tiene 62 años, llegó a Argentina en 1961 para empezar una nueva vida abriendo una panadería llamada "El Paraíso", la cual desde su apertura hace dos décadas hasta este primer semestre, ha sido asaltada en 190 ocasiones, publica sdpnoticias.com.
El señor Antonio comentó que el último asalto a su negocio ocurrió en abril de este año, el segundo en lo que va del 2012. El siniestro fue perpetrado por dos hombres que en menos de un minuto lograron vaciar la caja registradora, pese a que en el interior del local se encontraban dos policías, quienes no pudieron hacer nada para impedir que se cometiera el delito.
Una desagradable ocasión como esa la ha vivido ese hombre más de 189 veces, lo cual obligó al panadero a colocar diversas cámaras de seguridad, tanto al interior como fuera de la panadería, para que cada vez que se presente de nueva cuenta un atraco, tenga material suficiente para denunciarlo ante las autoridades y hagan las investigaciones correspondientes que logren poner tras las rejas a los malhechores.
Aunque la zona ya es patrullada de forma constante, no ha impedido que Vaz y su "Paraíso" retomen la calma y aunque el mal pareciera no tener remedio, el español no se desespera y planea seguir adelante sin flaquear.
"Nosotros vamos a seguir trabajando y no pienso cambiarle el nombre a mi negocio para distraer a los ladrones", sentenció el panadero.
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