Un hombre se quedó a defender su hogar de un incendio forestal en el oeste de Australia y gracias a un equipo de buceo logró escapar de las llamas.
Mientras que sus vecinos de la ciudad de Margaret River huían de sus hogares, Peter Fabrici puso a su esposa a resguardo y luego volvió a proteger a su casa del fuego.
Al ver que las casas cercanas estaban en llamas, se puso ropa mojada y tomó un tanque de oxígeno y gafas protectoras.
Cuando las llamas se acercaron demasiado, se metió en la piscina de su vecino.
Rojo y negro
Antes de la llegada del incendio forestal, Fabrici -de 53 años- metió trapos en las canaletas y colocó aspersores en el techo para preparar su casa para las llamas.
"Había focos de fuego por todas partes, el viento era cada vez mayor, el humo era cada vez más espeso y, básicamente, me quedé en la casa todo lo que pude", le dijo a emisora australiana Channel 9.
Pero cuando las llamas se acercaron, se vio obligado a sumergirse en la piscina de su vecino y utilizar el equipo de buceo.
"Fue desde las 3.04 hasta las 3.09, recuerdo haber mirado el reloj. Y mirar hacia arriba y ver todo rojo y negro".
"Asomé la cabeza desde el extremo de la piscina. Tenía una vista directa a nuestra casa y me quedé absolutamente sorprendido. No salían llamas de la casa".
Fabrici dijo que su equipo de protección provisional había hecho la diferencia.
"Sin la visión clara y sin una fuente clara de oxígeno, no hay manera de estar en una situación como esa. Pero al final, todo funcionó de maravilla, la casa sigue ahí y estoy vivo".
Al menos 37 casas fueron destruidas y unas 3.177 hectáreas quemadas por los incendios forestales.
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