Una iglesia sueca se transformó en un templo de música disco para acercar a los jóvenes a la religión.
En lugar de sermones aburridos y largos silencios, la congregación de la Iglesia de Todos los Santos de Estocolmo, Suecia, disfrutó la semana pasada de algo más parecido a una fiesta electrónica que a una misa tradicional. Instalaciones especiales de luces, potentes parlantes y sonidos tecno se hicieron lugar en la iglesia para transformarla en un club de baile en un intento por atraer a los jóvenes a la religión.
"La convocatoria fue un éxito", dijeron los sacerdotes, luego de contabilizar más de 400 asistentes a la fiesta. "Tuvimos que agregar asientos extra y la gente se fue muy contenta".
"Ir a misa no es algo que me guste, pero esto sí que estuvo súper divertido", contó Ella Schwarz, una muchacha de 15 años que aparentemente la pasó muy bien.
Debido al suceso, los altos mandos de la Iglesia están estudiando realizar estas fiestas con mayor frecuencia: "Estamos seguros que una gran mayoría de los que asistieron quedaron enganchados y volverán para atender los servicios tradicionales", declararon con optimismo.
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