El hombre británico que en su día fue declarado el hombre más gordo del mundo, se ha puesto en contacto con el Servicio de Salud Nacional para quitar las feas 'aletas' que le cuelgan, tras haber perdido más de la mitad de su peso corporal.
Paul Manson de 50 años, se sometió a un 'by pass' gástrico para sobrevivir. Pero tras la operación, Paul se quedó con mucha piel colgando de su estómago, sus brazos y sus piernas; y es necesario someterse a una operación para eliminarlo, según informa el Daily Mail.
Sin embargo, los jefes del Servicio Nacional de Salud se han negado a realizarle la cirugía, ya que debería tener un peso estable antes de someterse a la intervención.
"Necesito esta operación para poder recuperar mi vida, para ser capaz de volver a la sociedad. Se me está negando una vida razonable". Dijo Manson que ahora no puede andar sin ser en silla de ruedas.
Cuando pesaba 500 kilos, Manson comía unas 20.000 calorías diarias.
En su vida personal, Dejó su trabajo como cartero, cuando su peso le impidió completar sus entregas. Fue trasladado a una oficina de correos, donde trabajó hasta 1989, cuando fue capturado y encarcelado durante seis meses por el robo de las cartas de los clientes.
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