El hilo conductor que conecta la existencia de ovnis y extraterrestres con fenómenos verificados en nuestro planeta, no deja de alargarse. Esta semana dos eventos indirectamente relacionados, en Puerto Rico y Perú respectivamente, han vuelto a alimentar las teorizaciones en torno al tema.
Los especialistas en Objetos Voladores no Identificados (Ovnis) Moisés Linconao y Laura Belén han sido enfáticos al afirmar esta semana en San Juan que el terremoto que golpeó la ciudad de Caucete el 23 de noviembre de 1977 fue provocado por un platillo volador.
Según la pareja, el ovni “intentó salir o entrar de un túnel subterráneo” y producto de la maniobra, mal concebida, se desencadenó el desplazamiento tectónico.
Los especialistas recurrieron a los testimonios de varias personas afectadas por el sismo para apuntalar su hipótesis. “Antes del episodio se vieron luces de colores en el cielo y rayos sobre la zona afectada. Muchas personas lo vieron y por el movimiento no podrían haber sido aviones. Testigos también aseguraron haber visto cosas raras salir volando del lugar al terminar el temblor”, dijeron.
“Está comprobado que los ovnis no sólo recorren el espacio, sino que además se han desarrollado naves capaces de desplazarse por océanos. Son los llamados Osnis (Objetos Submarinos No Identificados). Así que podemos decir que nos tienen rodeados y no sólo nos miran desde arriba: también nos observan desde adentro de la Tierra y desde el agua”, enfatizó Laura Belén.
Por otra parte, en Perú, el director del museo privado Ritos Andinos, Renato Dávila Riquelme, informó el jueves sobre dos momias de características no humanas halladas en el cerro Wiracocha, a dos kilómetros de la ciudad de Andahuaylillas, y que están siendo estudiadas por especialistas de la Dirección Regional de Cultura (DRC) de Cusco.
Una de ellas, de 50 centímetros de estatura, tiene cabeza triangular con grandes cavidades en los ojos y molares diferentes a los de los seres humanos comunes (en la foto que acompaña esta nota). Específicamente, la momia fue hallada en un Apu dedicado a Huiracocha, dios del universo de la cultura andina, “por donde muchas veces se han avistado ovnis”, precisó el propio Dávila.
Los resultados del estudio podrán conocerse tan pronto como esta semana. La momia de Viracocha da así continuidad a las teorías según las cuales la civilización inca se benefició de asesoramiento extraterrestre.
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