Día con día las celebridades tienen que enfrentar los acosos de los fotógrafos insistentes que están en busca de la mejor imagen para descubrir y revelar sus secretos más íntimos, pero este tipo de prácticas acosadoras no se limitan a la prensa, pues los fanáticos son también capaces de hacer cualquier cosa por obtener un autógrafo, una fotografía con la personalidad que admiran o simplemente tener la oportunidad de verla en vivo a una distancia más cercana.
Este tipo de relación fan-celebridad, en la que una persona común se convierte en un ídolo por sus actividades, talento, bienes económicos o cargos públicos, ha existido desde hace mucho tiempo. De acuerdo con los sitios bbc.co.uk, sentadofrentealmundo.com, upi.com y news.com, el primer registro que se tiene de un caso de acoso a una celebridad, tuvo lugar en Inglaterra.
Edward Jones, un extraño joven de catorce años que vivió en Inglaterra durante el siglo XIX, así lo describe el Dr. Jan Bondeson, quien narró por primera vez la historia, tras realizar una investigación que duró cinco años.
"Era un personaje muy solitario, pero no era esquizofrénico ni loco, simplemente era extraño", comentó Bondeson.
La obsesión del joven poco agraciado, quien es descrito por el Dr. Bondeson, como alguien feo, con una boca ancha, de frente pequeña y desaseado; estaba dirigida a la reina Victoria, quien fue monarca de 1837 a 1901.
La historia inició una mañana del año 1838, en el que la Reina Victoria, de 19 años, tenía pocos meses de ejercer como la monarca del Imperio Británico, por lo que era poco frecuente que saliera del Palacio de Buckingham, en Londres.
Durante su rutina de vigilancia, uno de los guardias, al entrar al Salón del Trono, vio que dentro se encontraba una persona que no debía estar allí, por lo que le pidió detenerse y éste huyó corriendo, siendo capturado una calle cercana al palacio.
Al descubrir de que sólo se trataba de un adolescente y revisarlo, descubrieron que debajo de sus pantalones, tenía escondidos unos calzones de la reina Victoria. Edward Jones era el hijo de un sastre de Londres, y declaró que ésa no había sido la primera vez que había ingresado al Palacio de Buckingham, ya que anteriormente se había hecho pasar por un limpiador de chimeneas para que le permitieran el acceso.
El muchacho fue llevado a la corte, pero a pesar de su intrusión y robo, fue absuelto de los cargos por ser menor de edad. Sin embargo, Jones dos años más tarde fue visto de nuevo intentando ingresar al palacio, por lo que fue de nuevo capturado y acusado de ingresar por lo menos otras dos ocasiones anteriores al palacio, incluso de haberse sentado en el trono real.
En esta ocasión no pudo evitar el castigo y se le sentenció a tres meses de prisión en la correccional, y aunque su padre intentó sacarlo del encierro, alegando que su hijo no era mentalmente sano, su defensa fue rechazada.
Tras cumplir su condena, Jones intentó ingresar nuevamente al palacio, en el que fue descubierto comiendo dentro de la cocina, por lo que se le castigó a otros tres meses de trabajos forzados.
Los intentos y logros del joven por entrar al palacio llamaron la atención en la población, y se ponía en duda la eficacia de los elementos de seguridad del palacio, por lo que se decidió que si Jones intentaba de nuevo ingresar, sería alejado de la ciudad, reclutándolo como marino; y así se hizo.
A pesar de estar en el mar, el adolescente logró escapar del barco y regresar a Londres, intentando de nuevo entrar al palacio, por lo que fue encarcelado en un barco que fungía como prisión, en el que permaneció a bordo durante seis años.
Finalmente, el conocido como "Boy Jones", se convirtió en un alcohólico después de su liberación y posteriormente en ladrón, por lo que se decidió deportarlo a Australia, país donde vendió pasteles, pero regresó a Inglaterra.
De acuerdo con el Dr. Bondenson, el hermano de Jones logró convencerlo de que retornara a Australia, convirtiéndose en pregonero de la ciudad de Perth. "Él estaba muy molesto por ser conocido como el acosador de la reina y se sentía perseguido por los chistes, incluso en Australia", compartió el investigador.
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