El negocio demuestra que las mujeres sí saben de coches y que los hombres pueden confiar en ellas para reparar un auto
Berlín, Alemania.- Después de dos años de fundado un taller mecánico de mujeres se ha impuesto sobre los estereotipos.
Se trata del primer taller mecánico de mujeres en Alemania y aunque al principio luchaba contra la adversidad, pues no muchos clientes les confiaban sus autos, el negocio ha resultado todo un éxito.
"No es un trabajo que hagamos mucho mejor que los hombres, pero sí demostramos que podemos hacer lo mismo", dice María Erkner, la dueña y gerente del lugar.
En los dos años que lleva operando el taller "Señorita María" ha logrado ventas suficientes para autosustentarse. "Estamos en la media de los otros negocios de autos", señala Erkner, de 26 años de edad.
"Señorita María" es un taller y una concesionaria de autos, y el negocio es atendido por ocho mujeres de entre 21 y 27 años de edad.
A diferencia de un negocio similar administrado por hombres, el "Señorita María" hace destacar sus toques femeninos.
En la parte de la concesionaria domina el color rojo y la atención de las chicas, en su mayoría estudiantes o egresadas de la carrera de Administración de Empresas o Mecánica. También hay besos coquetos pintados en las paredes.
En la parte del taller no hay radios a todo volumen, ni huellas de aceite y las herramientas se ven como de foto de catálogo. En una pared se ven calendarios de hombres que les han regalado para "avivar el sabor de un taller".
La gerente, María Erkner, quería ser enfermera, pero habló con algunas de las empleadas de las concesionarias que tiene su papá. "Me animaron a ver que este trabajo no es un campo exclusivo para hombres; me dijeron que las únicas barreras eran las propias mentales", dice Erkner.
Erkner estudiaba todavía Administración de Empresas cuando se planteó seriamente seguir los pases de la familia. Tanto bisabuelo, como abuelo y padre han sido empresarios berlineses de la venta y reparación de autos.
Erkner recibió 25 mil euros de capital inicial de su padre para comenzar con el negocio y aunque en un principio las ventas y la reparación de autos habían estado flojos, ahora hacen unas 100 ventas al año y unas 4 reparaciones por día.
El nombre del negocio, original en español, lo escogió Erkner porque se "escuchaba coqueto".
Los clientes son hombres en un 70 por ciento con lo que estas chicas del este de Berlín han roto dos estereotipos: que los hombres sí se acercan a las mujeres para comprar o para que les reparen su auto y que las mujeres sí saben de coches.
"Las mujeres también compran sólo que se fijan en cosas diferentes. El hombre busca el modelo del auto, la mujer su utilidad", explica Doris Kortus-Schultes, directora del Centro de Capacidad Mujer y Auto de la Universidad Politécnica de Mönchengladbach.
Así una mujer buscaría primero si el asiento se puede doblar suficientemente bien para que la abuela entre o salga, y si en la cajuela caben las compras.
"¿Quién sabe más? Hasta los expertos se contraponen cuando se abunda en detalles", agrega la académica.
Otra gran diferencia que se percibe en el negocio es el ambiente de trabajo. "No tenemos nada contra los hombres, ellos pueden venir a comprar y reparar sus autos. Sólo que el clima de trabajo sí es diferente con puras mujeres, es más ligero", comenta Erkner.
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