viernes, 14 de octubre de 2011

Tiene 93 años y es bombero

Mucamo en una casa de familia, amarrador de barcos, trabajador de los frigoríficos y de YPF, boxeador, personaje de los legendarios carnavales platenses, testigo y actor de los grandes incendios de la Región, bombero voluntario por 72 años, Luis Jorge, de 93 años y todavía en funciones en la reserva del cuartel, es algo así como una leyenda viviente de Berisso. Su extraordinaria vida y su obra valiente y solidaria se presentará hoy, a las 19, en la Escuela Técnica "Emilio Rebuelto", de 12 y 169, a través de un libro autobiográfico rico en el repaso de hechos históricos y cargado de anécdotas.
Luis Jorge, espagueti, bombero, deportista, una leyenda berissense" contiene los relatos narrados durante meses -grabador mediante- por el más famoso bombero de la ciudad vecina y que recogió y recreó el poeta y escritor Carlos Cazorla. Una vida que en su Zárate natal comenzó siendo dura (quedó huérfano de padre a los 5 años) y que luego, a partir de los 14 años y ya instalado en Berisso supo del trabajo y el esfuerzo tempranos, pero que se transformó en una historia matizada de aventuras y hazañas.
Jorge dejó Zárate cuando en la década del '30, producto del cierre de los frigoríficos, se convirtió en una ciudad fantasma. La gente del pueblo, sin trabajo, buscó un futuro en otros puntos del país. Muchos de sus habitantes recalaron en Berisso para poder seguir con la labor que conocían en la industria cárnica. Y él los siguió. Sólo que como todavía era muy chico y no lo tomaban para ese tipo de tareas consiguió un rebusque como empleado doméstico, en una casa en la que cocinaba, limpiaba y cuidaba a los hijos del matrimonio que lo empleó. Tuvo que pasar un tiempo para que la edad le permitiera primero ingresar al Armour, y luego a la destilería de YPF.
Época de furor de "Popeye", en el carnaval de 1937 se convirtió en "Kid Espagueti" y ganó, en el corso de calle 12, el concurso del mejor disfraz. Como ya había empezado a presentarse en los rings se hizo famoso como boxeador con ese apodo. A los 20 años, además de competir en peleas, y de trabajar en el frigorífico, ya era un joven bombero.

Anécdotas
El uniforme del subcomandante de la reserva de los Bomberos Voluntarios de Berisso ostenta varias medallas, incluidas algunas de oro, otorgadas por su actuación en servicio. Una que quizás sea la que mayor orgullo le despierta, es la que lo distinguió por sus acciones tras la explosión y posterior incendio del petrolero Islas Orcadas, que estalló en el puerto local en la medianoche del 6 de mayo de 1968 y que contagió con sus llamas de hasta 100 metros de altura a los buques Fray Luis Beltrán y Cutralcó. "Aquello fue terrible porque los estruendos hicieron vibrar a toda la Región. Me acuerdo que alcancé a salir del medio del fuego antes de que uno de los barcos se partiera en dos", recuerda.
Pero no sólo esa gran emergencia portuaria lo tuvo como protagonista. Otra, ocurrida dos décadas antes y también de enorme dimensión, vivió de cerca, a pocos metros: la explosión del buque tanque San Blas, varado en el dock de la destilería. Sofocar ese incendio le llevó al cuerpo de Bomberos de Berisso un trabajo de ocho días, porque, como señaló Jorge, "en esa época no había productos químicos para apagar el fuego; solamente había agua".
Pero además de las diversas actividades que desarrolló, este destacado bombero conoció intensas experiencias vitales: se enamoró, se casó con Modesta (enviudó hace varios años), tuvo un hijo y una hija, seis nietos, siete bisnietos, y una tataranieta.
Con más de 90 años no deja de protagonizar anécdotas. La última, que por lo reciente no alcanzó el contenido del libro, ocurrió en la pasada Fiesta del Inmigrante. Luis iba, con todas sus condecoraciones, en una de las autobombas de Berisso que integraban el desfile. "Nos llamaron del cuartel porque había un incendio -cuenta-, y tuvimos que romper la fila y salir corriendo a apagarlo. Y yo ahí arriba, como uno más".
A Luis se lo suele mencionar en Berisso como el más antiguo efectivo de la fuerza de la provincia de Buenos Aires, pero él desmiente el dato. "Soy, y así lo tengo documentado, el más veterano de Latinoamérica, porque el que tenía ese título murió hace un tiempo, y lo sigo yo", afirma.

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