domingo, 30 de octubre de 2011

Obama vs. Obama; la comida chatarra causa disputa

El presidente de EU es consumidor asiduo de comida rápida... lo cual rompe con la campaña contra la obesidad emprendida por su esposa

México, DF.- Mientras que la primera dama de Estados Unidos, Michelle Obama, intenta revolucionar la salud de su país con su campaña Let’s move, enfocada en luchar contra la obesidad y mejorar la alimentación de las nuevas generaciones, su esposo, el presidente Barack Obama, es contradictoriamente considerado ya un símbolo de la fast food (comida rápida).
“Las intenciones de Michelle Obama pueden ser auténticas y los objetivos de Let’s move pueden estar bien definidos. Sin embargo, no se tiene en claro cómo persuadir a los niños y a sus padres de tener hábitos saludables”, dijo en entrevista Arturo Salcedo, especialista en imagen pública.
Según la fundación Robert Wood Johnson y The Trust for America’s Health, uno de cada tres adultos estadounidenses padece obesidad, y una tercera parte de los niños tiene sobrepeso, algo que los pone en gran riesgo de obtener diabetes, alta presión sanguínea, así como otras enfermedades.
Michelle Obama ha anunciado ya su interés por redoblar los esfuerzos para que los comedores de las escuelas estadounidenses ofrezcan alimentos sanos, sin dulces y comida chatarra. Incluso tiendas departamentales como Wall-Mart, han seguido su invitación para ofrecer comida más saludable a los estadounidenses y mejorar su oferta en todas
sus tiendas reduciendo los niveles de sal, grasa y azúcar en sus productos.
Una hamburguesa con queso chedar y cebollas, lechuga, jitomates y encurtidos fue lo que pidió Obama en una comida con su homólogo ruso, quien optó por una hamburguesa picante con jalapeños, anchoas y cebolla.
Michelle ha dicho a los medios de comunicación que es importante cambiar la alimentación de los niños, a pesar de haber reconocido que ella es una amante de las papas a la francesa y que su debilidad es la comida chatarra.
“No estoy diciendo que tengamos que abstenernos por completo, simplemente hay que equilibrar la alimentación y no comer comida rápida tan frecuentemente, como muchos niños lo hacen en Estados Unidos”, enfatizó la primera dama.
Por el contrario, al Presidente ya se le ha visto en diversas ocasiones degustando en público comida rápida: desde alitas de pollo (la semana pasada), helados cremosos, raspados, hamburguesas -con el vicepresidente Joe Biden- y compartiendo las papas a la francesa con su homólogo ruso Dimitri Medvedev, tras una visita para mejorar las relaciones diplomáticas entre ambos países.
En diciembre de 2010, el presidente Obama firmó una ley de salud y nutrición infantil, llamada “Healthy, Hunger-Free Kids Act” que provee fondos para las comidas de las escuelas públicas y programas de nutrición para los niños, para establecer estándares nacionales en las escuelas e inclusive, prohibir las maquinas de snacks.
Aunque la administración de Obama, paradójicamente, parece caracterizarse por apoyar a la comida rápida, ya que el programa social USDA’s Supplemental Nutrition Assistance Program, que anteriormente daba vales (Food Stamps) a las personas de la tercera edad y sin hogar, para canjearlos por alimentos, ha cambiado en algunos estados, donde ahora ya pueden intercambiarse por comida rápida en establecimientos como Taco Bell, Pizza Hut, McDonald’s o Subway.
Resultado de esta campaña en favor de la comida rápida, probablemente inconsciente, en China inauguraron un local llamado Obama Fried Chicken (OFC), que utiliza como eslogan la cara sonriente del Presidente bajo el lema “Somos cool, ¿no es así?”
Los republicanos han criticado varios de estos actos tildando la iniciativa de los vales como una ridiculez, ya que, mientras se lucha por una mejor alimentación, es contradictorio que éstos sean canjeables por gorditas en Taco Bell.
A los Obama no les causa mucha preocupación que los vean comiendo hamburguesas o papas a la francesa en público y la misma Michelle ha dicho que es justo el ejemplo que quiere dar. “Mientras mis hijas coman vegetales durante la semana, no importa que tengan antojitos esporádicos y coman helado o hamburguesas de vez en cuando”, asegura.
Para Salcedo, especialista en imagen, las estadísticas son contundentes, los hábitos alimenticios no han cambiado y la mayoría de los niños estadounidenses no practican algún deporte, a pesar de que la oferta de los alimentos saludables ha aumentado y que la liga de futbol americano NFL, pone de ejemplo a sus atletas ante los niños. “De ahí que algunos sectores de esa sociedad cuestione esta campaña”, expuso.
 “¿Realmente los padres de familia están mejor educados en relación con lo que deben consumir sus hijos? ¿Los niños están haciendo ejercicio?” agregó Salcedo.

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