El oso melero es uno de los animales más vulnerables a los autos. No es común que la muerte de un animal que es arrollado por un vehículo cause tanta conmoción. Pero en Argentina, el reciente atropello de un jaguar en una ruta del norte del país abrió una controversia sobre cómo deben convivir los humanos y la fauna salvaje.
En el país sudamericano sobreviven apenas unos 250 ejemplares de este felino, que aquí es conocido por su nombre en guaraní: yaguareté.
Por eso la muerte de esta hembra generó una movilización importante por parte de las ONG ambientalistas. Varios medios se hicieron eco del problema. El diario La Nación, el segundo más importante del país, publicó un editorial alertando sobre la necesidad de tomar medidas para solucionar este tema.
"Decenas de miles de animales mueren en las rutas de la Argentina anualmente", advirtió el matutino.
Uno de los puntos críticos es en la provincia de Misiones, en el extremo noreste del país, lindante con Paraguay y Brasil. Se trata de a la región argentina más rica en fauna silvestre.
La provincia tiene unos 25 parques naturales. Y sin bien fueron declarados áreas protegidas hace unos años, por allí atraviesan varias rutas nacionales muy transitadas.
Y es que esas vías conectan al país con el punto turístico más visitado de Argentina: las Cataratas de Iguazú, elegidas a comienzos de año como una de las nuevas siete Maravillas del Mundo Natural.
Morir en la ruta
Argentina ha construido ecoductos para proteger a los animales.
Manuel Jaramillo, coordinador del Programa Selva Paranaense de la Fundación Vida Silvestre Argentina, dijo a BBC Mundo que el atropello de animales es una de las principales causantes de la desaparición de especies en peligro de extinción, como el yaguareté.
También el tapir, un animal amenazado, muere por esta causa a pesar de su gran tamaño.
Según Jaramillo, las especies más vulnerables son algunas que por sus características están más expuestas a este peligro.
"El lagarto es un animal de sangre fría que suele buscar el asfalto para tomar sol. El oso melero es lento como el perezoso y ante la aparición de un auto en vez de moverse adopta una pose de defensa", detalló.
Muchos de los animales que mueren arrollados cruzan las rutas cuando andan a la caza de alimento o cuando están en celo y buscan pareja.
"Debido al desarrollo humano muchas de las áreas naturales se fueron achicando y quedaron aisladas entre sí. Los animales deben salir e ir hacia zonas más amplias para sobrevivir, pero corren peligro en el camino", explicó Diego Varela, de la ONG Conservación Argentina.
Para evitar que los animales mueran haciendo este recorrido, Varela trabaja con el departamento de vialidad de Misiones creando un "corredor biológico": un área segura de conexión entre dos parques.
Pasafaunas
La Ruta Nacional 101 de Argentina incluye los pasafaunas.
Para crear estas conexiones seguras los expertos utilizan construcciones especiales que permiten que los animales puedan cruzar las rutas sin temor a encontrarse con un auto.
El recurso más utilizado es el "pasafauna": un túnel que pasa por debajo del asfalto.
Argentina comenzó a utilizarlos en 1994. En la actualidad hay 12 en Misiones, pero está previsto que ese número se triplique.
"Hoy cualquiera que construye una ruta por un área protegida está obligado a incluir una cierta cantidad de pasafaunas, de acuerdo a lo que indique el estudio ambiental", contó Varela.
Otra alternativa con la que cuentan los ambientalistas se conoce como un "ecoducto". Es un puente que se alza sobre la ruta y que permite un cruce seguro.
Argentina tiene el único ecoducto de América Latina. Varela explica que es un recurso poco utilizado debido a que tiene un alto costo de construcción.
Crear conciencia
"Debido al desarrollo humano, muchas de las áreas naturales se fueron achicando y quedaron aisladas entre sí. Los animales deben salir e ir hacia zonas más amplias para sobrevivir, pero corren peligro en el camino"
Diego Varela, ONG Conservación Argentina
Más allá de la infraestructura, los especialistas coinciden en que una forma para reducir las muertes de animales en la ruta es la concientización de la población sobre la necesidad de reducir la velocidad cuando atraviesan zonas de riesgo.
"La cartelería actual es deficiente y la gente la ignora. Estamos pensando en poner portales de ingreso a cada área protegida para que la gente sienta realmente que está entrando a un lugar especial", contó el experto en vialidad.
Según Jaramillo, no alcanza con poner carteles. "Hay que educar a la población sobre la importancia de cuidar a la fauna. Después de todo ésta es una región turística que vive de la naturaleza", afirmó.
Después del incidente con el yaguareté, las autoridades también contemplan aumentar las multas para quienes atropellan un animal por haber infringido el límite de velocidad.
"Más allá de lo lamentable de esa muerte, lo positivo fue que generó una movilización masiva y puso a este tema en la agenda de prioridades", destacó el ecologista.
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