Encontrar una serpiente en tu jardín no es tan raro, menos aún si vives en Carolina del Sur. Sí, es un poco más extraño encontrarte con una serpiente de dos cabezas. Pero se dan casos. Lo que sí puede ser un hallazgo tremendo, la primera vez que se tiene noticia de ello, es que se encuentre una serpiente con una cabeza en cada extremo del cuerpo.
Así de sorprendente es el animal que se encontró una familia en su patio trasero. El pequeño de la familia avisó a su padre y su abuelo para que fuesen a ver la serpiente que se había encontrado. Cuando los adultos se acercaron, con la intención de coger al reptil y echarlo del patio, descubrieron que tenía dos cabezas. Una a cada extremo.
La descripción del animal es realmente llamativa. Tiene una cabeza perfectamente formada en el lugar donde debería estar el extremo del cuerpo, la "punta de la cola" por llamarlo de alguna manera. Esta cabeza tiene todos sus órganos y elementos: un par de ojos, narinas y boca. ¿Y cómo se sabe que ahí debería estar la "cola"? Porque la cabeza que se encuentra en el lado opuesto es algo más grande.
Las curiosidades se suman en este caso, ya que ambas cabezas son funcionales. Y según explica el abuelo de la familia, las dos controlan el cuerpo. Parece ser que la cabeza de mayor tamaño mantiene cierto control sobre la otra.
De momento, no existe una explicación científica para este caso. En un primer momento se consideró que podrían ser siameses, como es el caso habitual en animales de dos cabezas. En estos casos, durante el desarrollo de los embriones se dan dos gemelos, pero estos no terminan de separarse del todo.
Rápidamente se descartó que ese fuera el caso. Si fuesen siameses estarían unidos en parte, pero no fusionados en un solo cuerpo. La siguiente explicación es que fuesen una quimera genética. En este caso, durante el desarrollo embrionario se fecundan dos óvulos, lo que habitualmente da lugar a mellizos, o gemelos no idénticos.
Mediante un proceso que aún no se conoce bien, los dos óvulos se unen formando un solo embrión, que tiene células de dos individuos distintos. El resultado es un animal que tiene dos líneas distintas de células, cada una con sus propios genes. Uno de los resultados habituales en estos casos es que cada ojo tenga un color distinto.
Pero esta explicación tampoco resulta satisfactoria. Normalmente, cuando se da la quimera genética se forma un sólo individuo, pero manteniendo el plano general de la especie. Es decir, que salvo por un análisis genético no se diferenciarían del resto de sus congéneres. En este caso, este animal destacaría en cualquier parte.
Y aún queda un factor sorprendente. Cuando se llevó este animal a los especialistas, estos determinaron de manera muy clara que se trataba de un adulto. Cómo es posible que un animal que presenta estas condiciones haya sido capaz de sobrevivir más allá de unos pocos días, no digamos ya llegar a la edad adulta, es otra pregunta para la que, de momento, no hay respuesta.
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