viernes, 9 de marzo de 2012

Demanda a cine por palomitas caras

Joshua Thompson es un amante del cine y de las viandas que se despachan en los mismos. Pero este ciudadano de Michigan se ha cansado de que las salas hagan negocio a su costa estableciendo precios abusivos para los refrescos, palomitas, gomitas y demás botanas y ha presentado una demanda contra los cines a los que acude habitualmente.
"Se ha cansado de que le timen. Es difícil justificar los precios que son tres y cuatro veces mayor que en cualquier otro lugar", afirma Kerry Morgan de Wyandotte, el abogado de Thompson que ha demandado a los multicines de su localidad, pertenecientes a AMC, la segunda mayor cadena de cines en los EUA, ante un tribunal del condado de Wayne.
En la demanda, según apunta una información publicada por Detroit Free Press, denuncia los precios abusivos que los cines imponen sobre los aperitivos que venden en su establecimiento esgrimiendo la Ley de Protección al Consumidor.
El escrito presentado ante el tribunal recoge que el 26 de diciembre pagó 8 dólares por una Coca-Cola y un paquete de cacahuetes cubiertos de chocolate en el cine de Livonia, un precio que casi triplica los 2.73 dólares que pagó por los mismos artículos en un restaurante cercano de comida rápida o en una tienda.
La gota que colmó el vaso de la paciencia de este veinteañero amante del séptimo arte fue la prohibición del cine de permitir a los espectadores traer sus propios refrigerios de fuera, según apunta el abogado de Thompson, que es quien atiende a los medios ya que asegura que su cliente no quiere notoriedad.
Y aunque todos los expertos y juristas consultados auguran muy poco futuro a la demanda presentada por Thompson, lo cierto es que su cruzada para que los cines bajen los precios de los aperitivos ha tenido muy buena acogida entre el público, cansado de esconder sus refrescos y aperitivos en bolsos y abrigos para meterlos de estraperlo a la sala de cine.
No en vano, según datos publicados por The Hollywood Reporter, de cada dólar que el público se gasta en palomitas, refrescos y aperitivos en los cines, el 85% se convierte en ganancias puras para el establecimiento. En su defensa, los cines afirman que son estos beneficios los que permiten mantener bajo el precio de las entradas, por lo que estos altos precios son, en realidad, en beneficio del espectador.
En este sentido, un estudio elaborado por investigadores de la Stanford Graduate School of Business y la Universidad de California en Santa Cruz, concluyó en 2009 que "mediante el cobro de los altos precios en sus tiendas de palomitas, los cines son capaces de mantener bajos precios de las entradas, lo que permite una mayor que la gente disfrute de la experiencia de la plata de la pantalla".
Una coartada que, teniendo en cuenta el incremento experimentado en el precio de las entradas de cine en los últimos años es, cuando menos, discutible.

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