Ralf, el gran Schnauzer, hace sus rondas de hospital ajeno a la leyenda que se ha creado en torno a él en el Hospital Royal Children de Melbourne, en Australia. El perro se ha ganado la reputación de hacer milagros.
Ralf es uno de los perros que visita el hospital cada semana en un programa que impulsa el acompañamiento para los más pequeños. El perro camina por el hospital acompañando a los pacientes más jóvenes. Incluso se sienta con algunos durante agotadoras sesiones de quimioterapia.
Una de esas pacientes es Claire Couwenberg, de dos años de edad, que camina agarrada a Ralf por primera vez en cinco días, después de que le extrajeran un riñón con metástasis cancerígena, informa Dailymail.
Y le arranca una sonrisa a Zeke Harrison, de 15 meses, que padece un raro desorden genético ya que su cuerpo es incapaz de descomponer las proteínas y, en exceso, pueden matarle.
La madre de Claire, Marie McPhee, se quedó asombrada cuando su hija se levantó y caminó ella sola cuando Ralf entró en su habitación. “Tan pronto como le vio, se levantó, y muy lentamente, de forma muy inestable, empezó a caminar y ahora no hay quien la pare”, explicó al Sydney Herald. “Me quedé sin palabras, no puedo creerlo”.
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