Monique Jeffrey, una mujer australiana de 28 años se dislocó dos vértebras del cuello luego de un fuerte estornudo.
"Sentí un pinchazo inmediatamente después de estornudar", relató la muchacha. "Enseguida me di cuenta de que algo estaba mal, algo se movía en mi cuello y comencé a experimentar un dolor punzante".
Afortunadamente Monique tenía su teléfono celular en la mano y pudo llamar a su esposo. A los pocos minutos, cuando el marido arribó al hogar, la pobre mujer estaba llorando del dolor. Sin perder tiempo el hombre la llevó al hospital más cercano donde minimizaron la cuestión y le recomendaron que haga ejercicios.
Sin embargo el asunto se volvió un poco más complicado. Horas más tarde Monique volvió a sentir un fuerte dolor y que el brazo izquierdo se le dormía. Recién entonces los médicos le ordenaron que no se mueva y le diagnosticaron que tenía dos vértebras del cuello dislocadas. Jeffrey se encuentra ahora bajo tratamiento y en reposo. Todo por un simple estornudo.
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