
Lo que hizo para sobrevivir Jawad al-Shammari fue construirse un sótano acondicionado como hogar en la provincia de Wasit. Durante la larga temporada que pasó escondido no dejó de leer el Corán, y para seguir la actualidad, Shammari tenía una radio que era su único contacto con el exterior.
Aunque no se sabe muy bien cómo obtenía los alimentos para su día a día, Shammari cuenta que el ingenio y el ahorro de las provisiones imperaron en su época de ocultamiento. Hoy Shammari muestra lo que fuera su guarida a lo largo de dos décadas de represión, cuando Sadam es ya sólo historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario