Y hay quien dice que lo hará mejor que su antecesor en el cargo... Porque los habitantes de la pequeña ciudad estadounidense de Sharon, en Wisconsin, han elegido eso, a un gato como alcalde.
Durante su habitual día laboral el 'jefe' de la ciudad recibe a los visitantes e inspecciona el territorio. La historia comenzó cuando una empleada de la alcaldía alimentaba a un gatito que habitaba junto al edificio administrativo.
El animal, conocido como Freddy, pronto comenzó a esperar a la mujer cada mañana a las puertas de la alcaldía. Los habitantes de la ciudad querían al gato y le nombraron talismán de la ciudad, pero luego decidieron otorgarle un título más importante y le designaron alcalde.
Cabe mencionar que la ciudad de Sharon, en la que viven unas 1.500 personas, es bastante peculiar y tiene incluso su propio presidente, aunque en este caso sí se trata de una persona.
El nuevo alcalde goza del respeto sus vecinos, y encontrarse con él en la calles es considerado un gran honor. Los coches siempre paran cuando el “alto funcionario” cruza la calle.
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