La compañía está en negociaciones para instalar sus paneles solares en un barco de carga australiano
Desde la distancia, los colores azul y amarillo del casco del ferry se asemejan a los de las demás embarcaciones que cada día entran y salen del puerto de Hong Kong.
Pero si se mira un poco más detenidamente, se distinguen una serie de paneles solares en el techo del ferry, y en vez del ruidoso motor, tan solo se oye un ligero zumbido.
El Águila Solar y otros transbordadores o ferrys similares llevan a golfistas a practicar su deporte favorito en un recorrido de 18 hoyos en varias islas. Juntos forman la primera flota de ferrys híbridos del mundo y un campo de pruebas comercial para una tecnología que podría transformar el futuro de la navegación.
La tecnología, similar a la usada en los autos híbridos, fue desarrollada por la compañía australiana Solar Sailor.
La electricidad generada por los paneles solares y almacenada en una batería abastece al motor mientras la embarcación entra y sale del puerto. Una vez fuera, en mar abierto, donde se necesita una mayor velocidad, el combustible entra en juego.
Uno de los ferrys, el Albatros Solar, posee dos velas con paneles solares que pueden ser izadas para aprovechar tanto el sol como el viento y así reducir la necesidad de combustible.
Robert Dane, fundador de la compañía Solar Sailor, dice que esta tecnología ofrece a los dueños de barcos un ahorro enorme en combustible y puede ser usado en cualquier tipo de embarcación, desde humildes ferrys o lujosos super yates, hasta barcos de carga y patrulleros del ejército.
"Creo que de aquí a 50 o 100 años todos los barcos tendrán velas solares", afirma.
"El sistema tiene mucho sentido. Estás en el agua, rodeado de tanta luz solar, e incluso con más energía disponible proveniente del viento", añade.
Problemas iniciales
Tres de los ferry comenzaron operaciones en 2010 y el Albatros Solar comenzó a llevar pasajeros el año pasado. La misma tecnología es usada también por dos embarcaciones en Shanghai y Sydney.
El Jockey Club de Hong Kong, propietario del campo de golf de la isla de Kau Sai Chau, dice que ha visto un "ahorro significativo de combustible", pero que todavía está analizando el rendimiento de las embarcaciones.
El fundador de Solar Sailor explicó que en el campo de golf la tecnología híbrida consigue ahorrar entre un 8 y un 17% en la cuenta de combustible, dependiendo de la ruta elegida. Aún así, hay también previstos costes de reparación y mantenimiento.
"El Jockey Club es un nuevo operador así que necesitan tiempo para el proceso de aprendizaje de la nueva tecnología", afirma.
A pesar de los problemas iniciales, Dane es optimista en cuanto a futuras ventas.
Afirma estar en las primeras fases de discusiones con la legendaria compañía de los Ferrys Estrella, que recorren desde 1880 el puerto Victoria de Hong Kong, sobre poner paneles solares en una de sus embarcaciones.
En Australia, espera lograr acuerdos este año con el operador de un ferry fluvial y con dos embarcaciones de investigación oceánica.
Existen otros barcos de energía solar en activo como el catamarán Turanor Planet Solar, que está dando la vuelta al mundo aprovechando exclusivamente la energía proveniente del astro rey. Aún así, Dane asegura que la tecnología usada por su compañía es la más probada comercialmente.
También añade que anunciará pronto un acuerdo con una compañía minera australiana para instalar una vela solar de 40 metros de altura en un barco carguero que transportará mineral de hierro a China.
Dane compara la vela con un "molino de viento gigante", que estará recubierto de paneles solares y que se replegará en el momento de atracar o de cargar y descargar.
Al aprovechar el viento, la compañía espera que el barco pueda ahorrar hasta un 20 o un 30% en combustible.
"Los sistemas en los que las velas irían instaladas costarían unos US$6 millones por lo que la inversión estaría amortizada en un par de años", dijo Dane.
"La cuestión no es si lo hacemos o no, sino cómo. Ahora mismo estamos trabajando en los detalles".
Océanos verdes
Si la tecnología fuese más ampliamente adoptada, tendría el potencial de "limpiar" la industria marítima, que los activistas aseguran emite más gases de efecto invernadero que la aviación comercial.
Unos 50 mil barcos transportan el 90% del cargamento que se consume a nivel mundial, y estas embarcaciones tienden a consumir un combustible conocido como bunker fuel.
"Es como el alquitrán, tienes que calentarlo para hacerlo líquido y que fluya", dice Dane.
"Estos increíblemente potentes motores usan combustible muy barato pero muy contaminante por lo que en el corto plazo lo único que se puede hacer es asegurarse de que reducen su consumo", añade.
Los gobiernos han tenido dificultades a la hora de regular una industria que no cae en ninguna jurisdicción, aunque la Organización Internacional Marítima de las Naciones Unidas ha introducido recientemente nuevas regulaciones en cuanto a eficiencia de combustible y emisiones de sulfuro que podrían aumentar la demanda de energía solar.
Dane es optimista sobre el futuro de la compañía, aunque tras más de 10 años en el negocio todavía tenga dificultades para producir beneficios.
En el futuro su compañía se centrará en áreas no tan afectadas por la crisis internacional como defensa, campo en el que planea usar su tecnología a través de su instalación en patrulleros marítimos no tripulados.
"Sabemos que nuestra tecnología funciona. Sabemos que existe la posibilidad amortizarla pero ha habido factores fuera de nuestro control como la situación económica, que han inhibido nuestra actividad", dice Dane.
"Creemos que estamos en un buen momento en cuanto a beneficios y uno de nuestros proyectos nos traerá mucha rentabilidad en 2012".
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