Una mujer de 66 años prestó su casa y contrató a dos jóvenes para que sometan sexualmente a la esposa de su hijo. Luego del hecho, festejó con música y cenó con sus dos cómplices. Una historia surrealista que terminó con los tres detenidos.
El caso ocurrió en Pilar, en la calle Bolívar casi esquina Chacabuco, adonde la víctima llegó engañada por su suegra, identificada como Zulema Torres, que la citó porque le había arreglado una cita con un curandero; en realidad, el encuentro era un señuelo para exponerla ante dos personas a las que les había pagado $2.000 para que la violaran.
En su declaración, la joven relató que fue atacada por dos sujetos que no conocía, quienes la golpearon y violaron. Además contó que, durante el ataque, su suegra le acercó una toalla a uno de los agresores para que se limpiara.
La suegra, de 66 años y profesora de gimnasia, armó una coartada para desligarse del tema: dijo que habían sido asaltados por dos sujetos que terminaron abusando de su nuera. Sin embargo, la estrategia se cayó por lo que manifestó su propio hijo, llamado Ernesto Anabalón.
"Después del hecho mostró una conducta alejada y despreocupada", dijo el joven. "Tenía la música alta y estaba comiendo alegremente con dos sujetos que en ese momento le estaban alquilando unas piezas", apuntó.
En base a los elementos de prueba reunidos, los investigadores establecieron que los agasajados eran los agresores de la chica. Entonces, primero el personal de la DDI de Pilar detuvo a la suegra y a uno de sus inquilinos, identificado como Diego González Cáceres. Y ayer cayó el otro sospechoso: Tomás Macchiarelli, quien fue apresado gracias a su cuenta de Facebook.
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