martes, 11 de septiembre de 2012

GALLEGOS
Había dos gallegos en un aeropuerto. En eso por los parlantes llaman:
Señores gallegos, por favor suban a la planta alta.
Nadie subía, después de un rato llaman de nuevo.
Señores gallegos, por favor suban a la planta alta.
Nadie subía, después de cinco minutos llaman por los parlantes:
¡Señores gallegos, por favor bájense de la palmera!

SORDO
Pasaba un médico realizando la ronda dentro del manicomio, revisando que todos los locos estuvieran bien, pero siempre que pasaba por uno de los cuartos encontraba a un loco con la oreja pegada a la pared, al otro día volvió y pasó, y lo mismo, el mismo loco con la oreja pegada a la pared, y así sucedió durante varios días, hasta que un día, el médico entró a la habitación y le preguntó al loco qué era lo que estaba haciendo, pero el loco no le contestó nada, entonces se colocó donde estaba el loco y colocó la oreja en la pared durante varios minutos, y le dice al loco:
- Pero es que no se escucha nada.
Y el loco le dice:
- ¡Y así es siempre!

LA PECADORA
- Padre, perdóneme porque he pecado.
- Dime, hija, ¿cuáles son tus pecados?
- Padre, el demonio de la tentación se apoderó de mí, pobre pecadora.
- ¿Cómo es eso, hija?
- Es que cuando hablo con un hombre tengo sensaciones en el cuerpo que no sé como describirlas...
- Hija, por favor, que también soy un hombre...
- Sí, padre, por eso vine a confesarme con usted.
- Bueno hija, ¿y cómo son esas sensaciones?
- No sé cómo explicarlas, por ejemplo, ahora mi cuerpo se rebela a estar de rodillas y necesito ponerme más cómoda.
- ¿En serio?
- Sí, quiero relajarme y quedarme tendida...
- Hija, ¿tendida cómo?
- De espaldas al piso, hasta que se me pase la tensión...
- ¿Y qué más?
- Es como que tengo un sufrimiento que no le encuentro acomodo.
- ¿Y qué más?
- Como que espero un poco de calor que me alivie...
- ¿Calor?
- Calor, padre, calor humano, que lleve alivio a mi padecer...
- ¿Y qué tan frecuente es esa tentación?
- Permanente, padre, por ejemplo, ahora me imagino que sus manos sobre mi piel me darían mucho alivio...
- ¡Hija!
- Sí, padre, perdóneme, pero me urge que alguien fuerte me estruje entre sus brazos y me dé el alivio que necesito...
- ¿Por ejemplo yo?
- Por ejemplo, usted es la clase de hombre que imagino me puede aliviar.
- Perdóname, hija mía, pero necesito saber tu edad...
- Setenta y cuatro, padre.
- Hija, ve en paz, que lo tuyo es reumatismo...
 
ABUSIVO
En el asilo de ancianos, le pregunta un abuelo a otro:
- ¿Por qué golpeaste a tu compañero de cuarto?
- Por abusivo.
- ¿Por abusivo?
- Sí, usaba mis camisas, mis corbatas y mis trajes, y no me importó. Lo que no pude tolerar fue que se riera de mí con mi propia dentadura postiza.

MANDILÓN
Pedro le dice a Juan:
- Pienso hablar seriamente con mi mujer
- ¿Si?
- Sí, pienso decirle que a partir de mañana compartiremos los deberes de la casa.
- ¡¡Vaya!! eres un marido considerado.
- ¡¡¡No, lo que pasa es que yo no puedo con todo!!!

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