Charikar, Afganistán - Sayed Jalal frunció el ceño con enfado mientras prometía vengar la ejecución pública de una mujer frente a una gran multitud no lejos de Kabul, una violencia que provocó condenas contundentes por parte de las autoridades afganas y Estados Unidos.
Los talibanes negaron estar implicados en el asesinato en la provincia de Parwan, cuando una mujer no identificada fue acribillada a quemarropa como castigo por un supuesto adulterio.
Las autoridades de Kabul culparon directamente al grupo islamista.
"Trataremos de vengarnos por esto. Odiamos a los talibanes por su brutalidad y estos actos tan inhumanos", dijo un tendero de 42 años en Charikar, la capital provincial de Parwan, a unos 25 km al sur de Shinwari, donde tuvo lugar el asesinato.
La ejecución fue grabada en un vídeo de tres minutos, al que tuvo acceso Reuters, que muestra a una mujer cubierta por un chal que es tiroteada en una colina frente a unos 150 hombres que vitoreaban y alababan a los atacantes, llamándolos "muyahidines", como se definen los talibanes a sí mismos.
El comandante de la OTAN en Afganistán, el general John Allen, calificó la muerte de "una atrocidad de una crueldad inenarrable".
Otros en Charikar, desde donde sale un camino hacia Shinwari por un terreno escarpado, lamentó lo que describió como la influencia creciente de los talibanes sobre una zona relativamente pacífica, a una hora en coche al oeste de Kabul.
"Los talibanes extienden el miedo y tratan de gobernarnos a través del terrorismo, pero no tendrán éxito", dijo Najibullah, un residente de Charikar de 30 años, mientras otros lugareños asentían en un abarrotado mercado callejero.
Los talibanes negaron estar implicados: "No tenemos una actualización operativa al respecto", dijo el portavoz Zabihullah Mujahid. El gobernador de Parwan Basir Salangi dijo que los talibanes perpetraron el asesinato en la provincia hace nueve días.
Pese a la presencia de unos 130.000 soldados extranjeros y unos 300.000 soldados y policías afganos, los talibanes se las han arreglado para resurgir más allá de sus bastiones tradicionales en el sur y este, extendiendo su alcance a zonas que una vez fueron más pacíficas como Parwan.
"Este es un acto brutal contra el pueblo afgano por parte de los talibanes", dijo el portavoz del ministerio del Interior Sediq Seddiqi.
"Serán castigados como fueron castigados hace diez años y continuaremos nuestra lucha por eliminarlos", dijo a Reuters, en referencia a su expulsión del poder a finales de 2001 por parte de las fuerzas afganas respaldadas por Estados Unidos tras cinco años de un gobierno talibán.
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