Un pícaro empresario estadounidense y su compañía de muchachas en trajes de baño han decidido rescatar del olvido un pueblo de Texas. Quizás su empresa no convenza demasiado a los apacibles vecinos de las cercanías, pero Doug Guller quiere convertir el presente fantasma de Bankersmith en un futuro centro de atracción turística.
En rigor la diminuta localidad solo cuenta con un caserón desvencijado y un ómnibus inservible. Nadie vive allí desde hace años. Guller compró el terreno en Craiglist y ahora proyecta establecer una franquicia de su exitosa cadena Bikinis Sports Bar & Grill. Además, rebautizará el lugar como Bikinis, un nombre que seguramente atraerá a muchos viajeros.
"Bikinis, Texas, será un destino de clase mundial y yo estoy emocionado con la idea de que la marca Bikinis incluya la propiedad de un pueblo", declaró Guller en un comunicado de prensa.
Sus ambiciones trascienden los imprecisos límites de Bankersmith y aunque no desea incursionar en política, sí sueña con dejar una huella durable en la geografía estadounidense. "Me gustaría que la gente se acostumbrara a la idea de cambiar el nombre de nuestro estado de Texas a Sport Bar & Grill", comentó Guller en el blog de su empresa, quizás más en broma que en serio.
El principal atractivo de la renovada localidad no será seguramente su historia. Surgido en 1913 durante la expansión del ferrocarril en la región, Bankersmith tomó su nombre de un banquero, Temple D. Smith, quien se recuerda como el presidente fundador de la primera institución financiera de Fredericksburg. En su época de mayor esplendor el número de habitantes no sobrepasó los 50. Antes de su "redescubrimiento", el único sitio extraordinario en los alrededores era un túnel de ferrocarril abandonado donde se refugian miles de murciélagos.
Ahora los visitantes, en particular los del sexo masculino, tendrán un motivo casi irresistible para detenerse en el otrora Bankersmith a tomarse una cerveza: las voluptuosas muchachas de Bikinis. Vestidas solo con trajes de baño, como se ve en el video, estas jóvenes dependientas alimentan la vista de los clientes, mientras disfrutan de una ensalada, una hamburguesa o unas alas de pollo.
Guller, que comenzó su carrera en 1997, fundó en 2006 la compañía de comida rápida Bikinis. Con 11 restaurantes en ciudades como Houston, Dallas, San Antonio y Austin, el prestigioso empresario espera expandir su negocio hasta alcanzar medio centenar de establecimientos para el año 2017. Y de esa manera, como reza su slogan, continuará "haciendo el mundo más hermoso… un bikini a la vez".
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