Los aficionados al tenis recordarán a la estrella de los años '90 Monica Seles por su derecha y su revés a dos manos de gran potencia y profundidad, con los que consiguió ganar más de 50 títulos a lo largo de su carrera.
Pero más allá de sus indiscutibles dotes con la raqueta, la jugadora serbia también destacaba en la cancha por los potentes gritos que daba cada vez que golpeaba la pelota.
Parece que Seles creó escuela y en los últimos años cada vez son menos las tenistas que juegan en silencio.
Para muestra tan solo hay que fijarse en las actuales número 1 y 2 del mundo, la rusa Maria Sharapova y la bielorrusa Victoria Azarenka.
En los años que estas jugadoras llevan en el circuito profesional, muchas de sus oponentes se han quejado públicamente de las molestias que causan los gritos que profieren en la pista.
Los detractores de esos "gruñidos", aseguran que se trata de una táctica para distraer al contrario.
Las implicadas sostienen que los realizan desde que empezaron a entrenar siendo niñas y que les sirven para canalizar la energía y liberar la tensión.
Sea como fuere, el debate sobre la imposición de límites al volumen de los gritos de las jugadoras hace tiempo que está presente en el seno de la Asociación de Tenis Femenino (WTA, por sus siglas en ingles), que finalmente parece dispuesta a tomar cartas en el asunto.
"Gruñidos excesivos"
Según informó el diario estadounidense USA Today, los responsables de la WTA están barajando implementar una serie de medidas para hacer que los potentes gritos de jugadoras como Sharapova sean cosa del pasado.
"Ha llegado la hora de que eliminemos de este deporte los gruñidos excesivos para (el bien) de futuras generaciones", aseguró la presidenta de la WTA, Stacey Allaster.
Las medidas que podrían adoptarse incluyen el desarrollo de un aparato con el que los jueces de silla puedan medir en la pista el nivel de decibelios de los gritos, el desarrollo de nuevas reglas que estipulen qué nivel de ruido es aceptable y la educación de los futuros jugadores profesionales en las academias de tenis y en los torneos infantiles y juveniles.
De salir adelante el plan, las jugadoras que superen con sus gritos los niveles de ruido permitidos, podrían ser amonestadas.
"La cuestión es que queremos introducir en todos los niveles de competición una regla objetiva que, mediante el uso de tecnología, haga las cosas más fáciles para los deportistas y los jueces de silla", dijo Stacey Allaster.
Las nuevas medidas no afectarían a las actuales jugadoras del circuito, ya que desde la WTA creen que sería injusto que las deportistas tuvieran que cambiar sus técnicas motoras y de respiración de un día para otro por la desventaja que ello produciría.
"Va a llevar algún tiempo. No queremos adelantarnos porque es un esfuerzo colectivo del deporte y necesitamos que todo el mundo se sume", señaló Allaster.
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