Pese a las dudas de algunos miembros de la Iglesia ortodoxa rusa sobre la autenticidad de los restos hallados, se otorgó la santidad a los Romanov en 2000
Una exposición sobre la detención y muerte del zar ruso Nicolás II y su familia y las investigaciones que se llevaron a cabo sobre el suceso abrió al público en los Archivos del Estado de Rusia en Moscú.
Nicolás II, su esposa, sus cinco hijos y cuatro miembros de su séquito personal fueron asesinados sin juicio previo por los bolcheviques el 17 de julio de 1918 en el sótano de una casa de Ekaterimburgo, una ciudad ubicada en los montes Urales.
En su momento, las autoridades soviéticas corrieron un velo sobre lo que había sucedido.
La comisaria de la exposición, Marina Siderova, señala que ahora los rusos quieren saber más sobre el tema.
"Nadie hablaba de esto antes. En la época soviética era un tabú, un tema cerrado. El número de personas que visitan la exposición muestra que hay un gran interés en este tema", comenta Siderova.
Elementos de la ejecución de los Romanov
Los visitantes pueden ver el escaso material recopilado por los investigadores poco después de los asesinatos y en los tiempos postsoviéticos, así como objetos y prendas que pertenecieron a la familia imperial.
Al lado del diario personal del zar se puede ver una carta en la que Nicolás II firma su abdicación del trono.
También están la pistola Mauser y el largo cuchillo de Yakov Yurovski, quien dirigió la ejecución de la familia imperial rusa.
"Los restos de Nicolás, Alexandra y tres de sus cinco hijos fueron encontrados en 1991 después del colapso de la Unión Soviética"
También hay algunas de las balas utilizadas en la ejecución, expuestas junto a fotos y diagramas de la posición que tenían los ejecutores y los Romanov en el momento de su muerte.
Un bordado inconcluso de la esposa de Nicolás, Alexandra, así como los uniformes usados por el zar y su heredero, Alexei, cuelgan al lado de fotos donde se ve a la familia del zar haciendo tareas de jardinería durante su detención por los bolcheviques.
Los restos de Nicolás, Alexandra y tres de sus cinco hijos fueron encontrados en 1991 después del colapso de la Unión Soviética.
Los cuerpos de Alexei y la cuarta hija del zar no se encontraron hasta el año 2007, lo que alimentó los rumores de que habían sobrevivido a la ejecución.
A partir de las pruebas de ADN y de los restos encontrados se han hecho copias realistas de las cabezas y rostros de los Romanov.
La reivindicación de la monarquía rusa
Alexandra, una visitante de 16 años de edad, comenta que en la escuela no aprendió mucho sobre ese período de la historia.
"Creo que este es un tema muy interesante y que todos los rusos deberían conocerlo", subraya.
Su amigo Vladimir, de 18 años, agrega: "Estoy interesado en saber por qué la familia del emperador fue asesinada. Creo que fue injusto. Quiero saber cómo ocurrió y por qué lo hicieron".
En la época soviética, Nicolás II fue retratado como un líder débil e incompetente cuyas decisiones provocaron derrotas militares y la muerte de millones de sus súbditos.
En 1998 el entonces presidente, Boris Yeltsin, asistió al entierro en San Petersburgo de los restos hallados en 1991 y describió los asesinatos como una de las páginas más vergonzosas de la historia rusa.
Pese a las dudas de algunos miembros de la Iglesia ortodoxa rusa sobre la autenticidad de los restos hallados, se otorgó la santidad a los Romanov en 2000.
El historiador angloruso Nikolai Tolstoi, director de la Liga Monárquica Internacional, ve la exposición como parte de una nueva valoración del reinado del zar.
"El régimen del zar tenía muchas cosas malas pero también hay que tener en cuenta que él heredó una autocracia. Ahora sus actos y decisiones están siendo vistos en perspectiva y se comparan con los terribles crímenes que cometieron los soviéticos", explica.
"Su régimen tuvo la posibilidad de reformarse", subraya el experto.
Existe, agrega, un creciente número de libros sobre la época zarista mientras que los iconos imperiales cada vez son más frecuentes en las iglesias rusas.
Grupos promonárquicos han participado en la reciente ola de protestas contra Putin en Rusia.
Tolstoi piensa que su reivindicación de la monarquía es una forma de frenar a un presidente cada vez más autocrático.
En 2008 la Corte Suprema de Rusia concluyó que el zar Nicolás y su familia fueron víctimas de la represión política y que deben ser resarcidos.
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