jueves, 20 de octubre de 2011

EXAGERACIONES
Era un señor tan pequeño, pero tan pequeño, que se sentó en un billete de 100 y sobraron 99 pesos.
Era una gallina tan flaca, que en vez de dar huevos daba lástima.
Era una señora tan gorda pero tan gorda, que cuando murió tuvieron que hacerle su propio cementerio.
Era un viejito que tenía los dientes tan amarillos, que su lengua tenía que usar lentes porque se encandilaba.
Era un hombre tan gordo, que la policía lo disolvió porque pensaban que era una
manifestación.
Era un señor tan optimista que una vez le dio un infarto y dijo que fue una corazonada.
Era una mujer tan enana que al morirse no se fue al cielo, se fue al techo.

¡AY MAMÁ!
Entre un médico y un abogado:
- Ustedes los abogados si son muy ladrones... Toman a un cliente, y sólo lo sueltan cuando lo dejan en la ruina...
- Pero nosotros, al menos... ¡los dejamos vivos!

POLLOS
Un contador público, cansado de la vida de la ciudad, se muda al campo y decide dedicarse a criar pollos. Se dirige a la tienda del pueblo rural cerca de donde ahora vive.
- Me da una orden de 100 pollitos -le dice al comerciante.
Este le despacha la orden. Una semana después, el contador regresa.
- Me da otra orden de 200 pollitos.
El comerciante le vuelve a despachar la orden, pero a la semana siguiente regresa.
- Hoy quiero una orden de 500 pollitos.
- ¡Guau! -dice el dueño de la tienda-, a usted le tiene que estar yendo muy bien.
- No -suspira el contador-, no se me dan, o los estoy sembrando muy profundo o muy separados.
CHOFER
Es de noche y el autobús asciende a una velocidad espantosa. Los pasajeros dicen al ayudante:
- Por favor, dígale al chofer que maneje más despacio.
Y el ayudante responde:
- Uf, ¡Si yo despierto a ese chofer, me mata!

RATONES
En una convención de científicos un investigador le señala a otro:
- ¿Sabías que en nuestro laboratorio hemos cambiado de ratones a abogados para nuestros experimentos?
- Realmente -el otro respondió-, ¿Por qué ustedes cambiaron?
- Bien, por tres razones. Primero descubrimos que los abogados eran lejos más abundantes, segundo, los asistentes de los laboratorios no se encariñan tanto con ellos y tercero hay algunas cosas que una rata no hará.

BEBÉ
Era una vez un señor que llamó a una casa y le contestó un niño.
- ¿Hola?
- Hola.
- ¿Se encuentra tu mamá?
- No, mi mamá no se encuentra.
- ¿Y tu papá?
- ¡Tampoco!
- ¿Con quién estás?
- Con mi hermano.
- ¡Pásamelo!
Pasado unos minutos el niño vuelve a tomar el teléfono.
- ¿Hola?
- ¿Qué pasó?
- Es que mi hermano no puede hablar con usted.
- ¿Por qué?
- ¡Porque no lo pude sacar de la cuna!



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