Sergey Pakhomov, un artista de la región de Perm, en Rusia, ha sido noticia recientemente por el uso de manera asombrosa de varios tipos de pasta para hacer modelos en miniatura de coches, aviones, barcos y hasta un pequeño pueblo.
Pakhomov es un artista aficionado que descubrió que la pasta italiana es un material ideal para crear modelos detallados en miniatura. Todo comenzó hace seis años, cuando el hombre se encontraba trabajando para una compañía de relaciones públicas y le pidieron que realice una publicidad para una empresa macarrones. Fue entonces que se le ocurrió construir pequeños modelos de automóviles y casas con los productos del anuncio. Lamentablemente, la campaña publicitaria fue cancelada, pero la idea permaneció en la mente de Sergey, y luego de estudiar las obras de otros artistas que ya habían utilizado fideos para hacer arte, decidió darse una oportunidad y empezar a construir las miniaturas.
Así, después de seis años de experimentación y trabajo duro, Sergey Pakhomov ya tiene una impresionante colección de más de 30 miniaturas hechas con espaguetis, lasañas, macarrones, vermicellis y todo tipo de pasta, algunas bastante complejas e impresionantes.
Según Sergey, armar un modelo le lleva de 20 a 30 horas de trabajo y dice que su creación más compleja es un coche pequeño con asientos delanteros reclinables, puertas que realmente se abren y un montón de otros pequeños detalles. Otro orgullo personal es una pequeña ciudad, que le llevó tres años en completarse.
Todas las creaciones las conserva en su casa, en una especie de museo privado, ya que necesitan una temperatura especial para que la pasta no se arruine. Y claro, no sea cosa que venga alguien con una olla hirviendo y transforme el arte en un buen plato de fideos con tuco.
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