lunes, 15 de agosto de 2011

Aves del mismo sexo forman relaciones estables

La misma fidelidad y cooperación que se ve en una pareja de aves del sexo opuesto puede existir entre aves del mismo sexo, según un nuevo estudio.
Investigadores estadounidenses llegaron a esa conclusión tras analizar el comportamiento de diamantes mandarín (Taeniopygia guttata), aves originarias de Australia, caracterizadas por su plumaje de color claro y pico y patas de color rojizo. Estas aves suelen cantar a sus parejas y limpiar sus plumas mutuamente, un hábito que según los expertos fortalece el vínculo entre ambas.
Pero el mismo comportamiento puede observarse entre pares de aves del mismo sexo, según el estudio publicado en la revista Behavioural Ecology and Sociobiology.
"Esto demuestra que, incluso en las aves, las relaciones entre animales pueden ser más complicadas que la simple unión entre un macho y una hembra con fines reproductivos", señaló Julie Elie, de la Universidad de California-Berkeley, autora principal del estudio.

Más allá del sexo
Elie y sus colegas están especialmente interesados en el diamante mandarín porque se trata de aves altamente sociables, que establecen relaciones para toda la vida.
"Me interesa cómo los animales establecen relaciones y cómo usan comunicaciones acústicas en sus interacciones sociales", dijo Elie a la BBC.
Elie y los investigadores Clementine Vignal y Nicolas Mathevon, de la Universidad Saint Etienne, en Francia, criaron pichones de diamante mandarín en grupos del mismo sexo. Más de la mitad de la aves estableció una relación singular con un compañero o compañera en el grupo.
Los científicos monitorearon luego cualquier indicio de que los pájaros habían creado un lazo especial. Cuando ese vínculo existe, las aves se colocan lado a lado, comparten nidos y también se saludan frotando sus picos, según explicó Elie a la BBC.
En la próxima etapa de su investigación, los científicos introdujeron hembras en un grupo conformado exclusivamente por pares de machos.
De ocho machos, cinco ignoraron por completo a las hembras y continuaron interactuando con sus compañeros.
El estudio demuestra según sus autores que el impulso de buscar un compañero es mucho más complejo que la simple necesidad de reproducirse.
"En especies monógamas, establecer una relación de cooperación y beneficio mutuo puede ser una prioridad para la supervivencia, más allá del sexo del compañero", dijo Elie a la BBC.

Roy y Silo
Hay otros ejemplos de pares del mismo sexo entre las aves.
En el caso de las gaviotas y albatros, "las hembras pueden copular con un macho y luego criar a sus pichones juntas, sin la necesidad de una pareja del sexo opuesto".
También se han registrado al menos dos casos de pingüinos machos en cautiverio que prefirieron relacionarse con sus compañeros aún cuando había hembras disponibles.
Tal vez el caso más famoso sea el de dos pingüinos machos en el Zoológico de Central Park, en Nueva York. Los pingüinos, llamados Roy y Silo, no prestaron ninguna atención a las hembras durante un año. Llegaron incluso a establecer un nido juntos y a incubar un huevo fertilizado que les fue proporcionado por los cuidadores

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