Las personas que han vivido en grandes urbes saben que encontrar un lugar de estacionamiento favorable puede ser una enorme pesadilla, pero gracias a su indoblegable disciplina, Charles Mysak lleva once años con su auto estacionado justo en el lugar que quiere. Mysak vende libros en la esquina de Columbus Avenue y la calle 68 en la ciudad de Nueva York y mantiene ahí su Civic verde 1994, mismo que solo mueve cuando el ayuntamiento barre las calles y de inmediato regresa después de este ballet-simulacro. Todos los días este hombre, que es ya una leyenda urbana, paga 36 dólares en monedas de 25 centavos al parquímetro y acumula una multa de 470 dólares.
“En los viejos días podías atar un caballo y nadie te daba una infracción. Es indignante que se dedique tanto tiempo a tomar el dinero de los contribuyentes -actúan como predadores”.
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