Japón es la cuna de los inventos más insólitos del mundo gastronómico: ahí nacieron las galletitas que agrandan los pechos, la cerveza para niños, la gaseosa de pis y los bares para gatos, por citar algunos ejemplos. Cuando cualquiera creería que lo había visto todo, apreció Kayabukiya, el restaurante atendido por monos.
La idea fue del dueño del lugar, Kaoru Otsuka, en un intento por atraer más clientes (¿y recortar gastos?). Y no le fue nada mal. Desde que sus dos mascotas, Yat-chan y Fuku-chan se encargan del servicio, los comensales van a Kayabukiya como moscas a la miel. Mientras los obedientes primates los acompañan hasta la mesa, llevan las bebidas y les acercan toallas calientes, como dicta la costumbre en Japón antes de comer, festejan la excentricidad con aplausos y risotadas. Eso sí: les dan porotos de soja a modo de propina.
Antes de que las organizaciones defensoras de animales den un zarpazo a su exitoso emprendimiento, Kaoru Otsuka aclara que el trabajo de los macacos está avalado por las autoridades locales, que se respetan los turnos de dos horas y que no se les permite servir comida, por razones de higiene.
No hay comentarios:
Publicar un comentario