Una pequeña localidad del centro de Italia, Filettino, ha acuñado su propia moneda como primer paso hacia su independencia del Estado italiano, en protesta contra el último plan de austeridad del primer ministro, Silvio Berlusconi, que prevé la desaparición de los municipios con menos de mil habitantes.
Según las nuevas reformas económicas, aprobadas en Consejo de Ministros el pasado 12 de agosto y actualmente en tramitación parlamentaria, Filettino, que cuenta con unos 550 habitantes, debería perder su independencia municipal y fusionarse con la localidad de Trevi, situada a 10 kilómetros de distancia y cerca de Roma.
Ante esta situación, el alcalde de Filettino, Luca Sellari, ha decidido poner en marcha una iniciativa para independizarse de Italia y convertirse en un principado, siguiendo el modelo de la República de San Marino, situada en el corazón del Estado italiano, en el este de la Península Itálica.
Entre otras cosas, ha acuñado una divisa propia bautizada como "fiorito", en cuyos billetes se puede leer "Banco Popular del Principado de Filettino", y ha inaugurado este lunes la página web con la que pretende reforzar su causa independentista.
Convertirse en un principado
Asimismo, los lugareños cuentan ya con una camiseta estampada con el que sería el nuevo escudo del principado y pueden comprar botellas de vino con etiquetas que hacen referencia a una denominación de origen propia de Filettino como Estado independiente.
Sellari, quien asegura que "con un poco de empeño" logrará su objetivo de convertir la localidad en un principado, aunque no ofrece detalles sobre el procedimiento legal, señala en una entrevista publicada este lunes en la web de la causa que la gente está "entusiasmada" con la idea de desvincularse de Italia, porque "necesita una alternativa distinta a la que le propone el Gobierno".
La medida de fusionar los municipios de menos de mil habitantes y las provincias con una superficie menor a los 3.000 kilómetros cuadrados o menos de 300.000 habitantes es una de las reformas más polémicas del último plan de ajuste de 45.500 millones de euros aprobado por el Gobierno de Berlusconi.
De hecho, un millar de alcaldes se han manifestado este lunes en Milán (norte de Italia) contra los recortes previstos para los municipios en el último plan de ajuste del Gobierno italiano, para cuyas posibles enmiendas se han reunido este lunes el primer ministro y su socio y líder de la Liga Norte, Umberto Bossi.
Este último plan de ajuste, que se suma al aprobado el pasado julio por el Parlamento por un valor de 79.000 millones de euros, ha despertado muchas críticas también entre los agentes sociales, propiciando que el principal sindicato del país, CGIL, haya convocado una huelga para el próximo 6 de septiembre.
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